El proyecto del arquitecto estadounidense Tom Mayne y de su colaboradora española, Begoña Díaz Urgorri, para el ámbito Mahou-Vicente Calderón tendrá "la forma de una serpiente que repta por la ladera de la zona, adaptándose a la topografía" y unas torres de unas nueve alturas, según informó el responsable de Urbanismo del Colegio de Arquitectos de Madrid, Pedro Ortiz.

"Es una propuesta interesante, con edificios de unos nueve pisos, que no es tanta altura, y tan sólo tres o cuatro plantas al final del proyecto, cerca del río, al que se adaptan las líneas", añadió Ortiz.

Estas son algunas de las ideas fundamentales del proyecto para edificar en los 35.496 metros cuadrados de los terrenos de la fábrica Mahou, que el Ayuntamiento recalificará a partir de septiembre, después de firmar a principios de semana un convenio con el Atlético de Madrid y con la cervecera para trabajar en esos solares.

Unir la ciudad con el río

La arquitecta, Begoña Díaz Urgorri, fue más cauta y explicó que "se lleva trabajando dos años en la propuesta para el Ayuntamiento, y aún podrían cambiar cosas". Sin embargo, confirmó que se aprovechará la ocasión para "unir con un parque la parte de la ciudad antigua, de la Puerta de Toledo, con el río a través de un parque cuya cota va bajando suavemente hasta la orilla del río".

"Dependiendo de la forma final de los edificios se verán las alturas definitivas", añadió Díaz Urgorri, que indicó que aún quedan varias decisiones por tomar en un proyecto de gran envergadura y que podría aún tardar varios meses en estar terminado.

Lo que sí es seguro es que el estadio Vicente Calderón será derruido y en su lugar se construirá un parque. El tramo de la M-30 que discurre por esa zona se soterrará, y el río Manzanares inundará una zona que se convertirá en un lago.

Urbanización de Mahou

Por otra parte, la urbanización de la fábrica de Mahou en el paseo Imperial supondrá una inversión de unos 50 millones de euros, que aportarán el club de fútbol y la propia cervecera, y será realizada siguiendo el proyecto del estudio de Mayne en Los Angeles, Morphosis, y en las ideas de Díaz Urgorri, y contando con la opinión del arquitecto español León Benafarraz, asesor de la inmobiliaria Andria, propietaria de los terrenos.