Algunas claves para despertar el deseo sexual en los varones:

1.- Controla tu alimentación. La actividad sexual y la alimentación son como hermanas siamesas, especialmente para los hombres. La falta de sales minerales y vitaminas debido a una alimentación desequilibrada, rica en grasas, proteínas e hidratos de carbono y pobre en verduras frescas y frutas, son la causa de la mayoría de los trastornos del deseo sexual masculino.

Por otro lado, el abuso del alcohol también produce disfunciones erectivas y orgasmos rápidos. Una comida o una cena abundantes son la garantía de un sexo imposible. Come regularmente varias veces al día y pocas cantidades.

Es bueno levantarse siempre de la mesa con un poco de hambre, y elimina de tu dieta, los estimulantes, el alcohol y el tabaco; tu vida sexual te lo agradecerá y tu pareja también.

2.- Duerme bien. Se ha llegado a pensar que el impulso sexual es algo mágico que llega por arte de birlibirloque y no es así; el sexo está fuertemente arraigado en lo biológico y la mejor garantía de una vida sexual sana es una vida sana.

Duerme en una habitación bien ventilada, no fumes en el dormitorio, descansa entre seis y ocho horas y, si puedes, haz una siesta de diez minutos o un cuarto de hora.

3.- No te olvides de hacer todos los días un poco de ejercicio. Si este consejo es excelente para las mujeres es imprescindible para los hombres que toleran mucho peor que ellas la inactividad física.

Un paseo enérgico todos los días o la práctica de algún deporte de competición son ejercicios muy recomendables para todos los hombres, no importa la edad que tengan.

Te ayuda a descargar toda la adrenalina que vas acumulando en tus jornadas y te permite metabolizarla en deseo sexual.

Si no lo haces así, te quedas con ella dando vueltas por tu organismo y la sensación de agobio o malestar difícilmente te permitirá tener una relación sexual pausada y cariñosa como buscan la mayoría de las mujeres.

Puede que tu malestar te impulse a una actividad sexual más exigente, rápida y perentoria, que sólo busca la descarga tranquilizadora y que suele dejar insatisfecha a tu compañera.

4.- Atención a los síntomas del estrés. Puede que tu trabajo, tus letras o tus responsabilidades estén llenando tu cabeza de espirales de agobio, que te quitan las ganas de vivir y te impiden el reposo y la tranquilidad que el sexo precisa.

Si tu pareja ya te ha dicho varias veces que estas insoportable, si sientes que, a veces, no te guantas ni tú, si buscas una satisfacción sexual rápida y te quejas de que tu pareja “no cumple” como tu deseas, creo que entonces ha llegado el momento de plantearte qué es lo que estás haciendo mal.

Párate y reflexiona si tu vida es la que tú quieres vivir, si merece la pena tanto esfuerzo para tan poco beneficio o si de verdad las cosas que te agobian son tan importantes.

Piensa que, a veces, merece la pena un poco menos de dinero y un poco más de tiempo, no olvides que la verdadera calidad de vida es el tiempo de disfrute.

5.- Combate la ira. Lo mismo que la emoción recurrente de las mujeres suele ser la tristeza, la de los hombres es la ira; la ira y el rencor son emociones que enganchan, aquello de “perdono pero no olvido” es muy peligroso porque los recuerdos emocionales tienen la propiedad de desencadenar las emociones que evocan; dicho de otro modo, la ira llama a la ira.

El olvido es el único lugar para los recuerdos desagradables o dolorosos, no olvidar es tanto como no vivir, las personas rencorosas se quedan ancladas en el pasado y terminan convertidas en estatuas de sal, como la mujer de Lot.

Lo peor de todo es que la ira y el buen sexo son incompatibles porque el sexo es la alegría de vivir y el placer de jugar sin reglas y sin motivo, y eso nunca puede hacerse cuando se guarda en el corazón la serpiente del rencor.

6.- Si estás tomando medicamentos. Pregúntale a tu médico si alguno de ellos puede afectar al deseo sexual. Muchos médicos no se atreven a hablar de sexo con sus pacientes, aunque deberían hacerlo

7.- Y, sobre todo. Haz un lugar en tu agenda para tu vida sexual, consensuado con tu pareja. Cuando se vive en comunidad son necesarios los rituales para encontrarse y relacionarse. Tu deseo acudirá a tu llamada si le enseñas qué días y a qué horas tiene que venir.

Es importante recordar el consejo que el Zorro le daba al Principito de Saint Exupéry: “Si no vienes a verme un día fijo y a la misma hora no sabré cuando poner mi corazón de fiesta”.

A tu sexo le pasa lo mismo, que no sabe cuándo poner su corazón de deseo si no se lo enseñas.

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