Los turistas que veranean en Vigo se hacinan en pisos para ahorrar

  • Los más adaptados a esta incómoda costumbre son gallegos del interior y castellanos.
  • Una quincena en una vivienda cerca de la playa puede salir por 900 euros.
  • Llegan a meterse hasta tres matrimonios en un piso de dos habitaciones.

Las vacaciones por las que uno se pasa el año esperando son, amenudo, una verdadera faena para la economía familiar, sobre todo cuando uno viaja con niños, abuelos y demás parientes.

Un hotel para toda la prole queda de entrada descartado, por eso los turistas que optan por pasar sus días ociosos en la costa viguesa tienen que adaptarse a sus necesidades y hacer lo propio con las del mercado inmobiliario.

Con el objetivo de reducir gastos, en los últimos años se ha instaurado la incómoda costumbre de compratir el apartamento de vacaciones pero a lo bestia: hasta tres metrimonios con críos en pisos de dos habitaciones.

Y es que invertir sólo en la casa 900 euros por una quincena no está al alcance de todos los bolsillos, de ahí que lo habitual sea que los que van a alquilar un piso en Vigo soliciten varias camas supletorias, según explican algunos de los propietarios que dejan su vivienda en alquiler.

"Lo que ocurre es que quien lo alquila es un matrimonio, pero luego con él vienen los niños, los padres, los hermanos, los amigos... y algunos hasta se traen su propia cama supletoria", aseguran los agentes inmobiliarios consultados por 20minutos en Vigo.

Picaresca

Este afán por sobreocupar las viviendas de veraneo y ahorrarse unos durillos no ha pasado opor alto a los propietarios de los inmuebles que han visto una nueva forma de negocio.

De hecho, hacinarse para veranear ya no es tan barato como en años anteriores: ahora los propietarios ponen el precio de la quincena alquilada o del mes en función del número de personas que vayan a meterse en la vivienda.

"No es lo mismo que vengan tres que siete, y el precio varía", explica una viguesa que arrenda su piso en Fragoso.

Algunos se traen hasta su propia cama supletoria. 

Los veraneantes que prefieren esta opción son, en su mayoría, del interior de Galicia y de Castilla y León y suelen pasar una media de diez a quince días en la comarca.

Generalmente piden pisos próximos o bien conectados con las zonas de playa, en los que el precio del alquiler, con respecto a otras écpocas del año, llega a duplicarse.

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