El proyecto que Endesa ha impulsado este año para proteger nidos de aguilucho cenizo (Circus pygargus) alrededor de sus líneas de media y baja tensión de la Plana de Lleida —entre Garrigues, Noguera, Pla d'Urgell, Segarra y Urgell— ha tenido resultados esperanzadores para la conservación de la especie.

Para evitar la depredación de las crías por parte de zorros, jabalíes, serpientes y gatos y perros asilvestrados, se han protegido 16 nidos con una valla y otras medidas, y además se han reintroducido 18 pollos, según un comunicado de la compañía, que tiene un plan propio de conservación de la biodiversidad.

Sólo ha habido depredación en uno de los 16 nidos protegidos, y únicamente afectó a una de las crías, y otras 29 pudieron levantar el vuelo; en cambio, de los 35 nidos sin protección constatados en la zona, sólo 28 pollos sobrevivieron y el 60% de las puestas fracasaron, bien por la depredación, bien por causas humanas.

Se ha comprobado que se necesitan más del doble de parejas nidificantes para obtener casi el mismo número de crías que levanten el vuelo.

Otra finalidad del estudio era aumentar el número de individuos: se construyó un recinto de balas de paja en Plans de Sió para las 18 crías del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Vallcalent, que fueron liberadas en cuatro fases y que han tenido tiempo para madurar y empezar a volar antes de emprender su primer viaje a África.