Ángela Hernández dejará en enero la dirección de la Casa Zorrilla de Valladolid tras casi tres décadas al frente

Aboga por que el espacio se mantenga como "refugio de escritores" y reclama que su sucesor pueda trabajar "con libertad"

Ángela Hernández dejará en enero de estar al frente del Museo-Casa Zorrilla de Valladolid tras 29 años como responsable de un espacio que actualmente supera las 60.000 visitas al año, tanto para conocer la vivienda en la que nació José Zorrilla, como participar en las diferentes actividades culturales que acoge.

En una entrevista concedida a Europa Press, Hernández ha explicado que, tras retrasar un año su jubilación, ha llegado el momento de su retiro, que se formalizará el 31 de enero, semanas después de que presente su nueva novela, 'Escribo para decirte que te odio', en la que recupera la figura del escitor Ángel Vázquez.

La todavía responsable de la Casa Zorrilla ha abogado por que este espacio se mantenga como un "refugio de escritores", especialmente dedicado a la poesía, y ha reclamado que la persona que la suceda, cuyo nombre aún no se ha hecho público, pueda desarrollar su labor "con libertad".

Asimismo, ha realizado balance de su gestión desde que llegara a la Casa Zorrilla tras aprobar su oposición a mediados de la década de los 80, un periodo en el que el museo se ha transformado para acoger también actividades relacionadas con la literatura e incluso la música.

Hernández ha subrayado que fue "muy complicado" conseguir dicho cambio, ya que se ha realizado una programación de "alto nivel" a pesar de tener que hacerlo "sin dinero". A su llegada, la Casa de Zorrilla se mostraba como "un mero contenedor de enseres" de la familia del insigne escritor, que nació en dicho inmueble el 21 de febrero de 1817, para convertirse en un espacio cultural con programación estable combinado con las visitas a las estancias del autor.

El fantasma de doña nicolasa

Desde 2007, a los atractivos de esta casa se sumó la emisión en el programa de Cuatro 'Cuarto Milenio' de una información sobre fenómenos extraños ocurridos en la habitación que ocupó su abuela paterna, doña Nicolasa.

La leyenda se basa en un episodio que afectó al propio Zorrilla cuando, de niño, entró en esta estancia y aseguró ver una presencia que se correspondía con el de su abuela, la cual incluso lo cogió en su regazo y él llegó a sentir su aliento, según su versión. Años después, ya de adolescente, descubriría en una propiedad familiar en Torquemada (Palencia) un lienzo en el que doña Nicolasa aparecía de forma idéntica a la visión que había tenido en su infancia.

Al restaurarse la Casa en la primera década del siglo XXI, la habitación quedó fuera del recorrido de las visitas, tras lo que se produjeron una serie de fenómenos paranormales como roturas de objetos o encendidos espontáneos del proyector que no cesaron hasta que se volvió a incluir el cuarto en el recorrido de la visita, tal como ha explicado Hernández.

La familia de Zorrilla se instaló en un extremo del palacio de los marqueses de Revilla habilitado como vivienda de alquiler y desgajado hoy en día de la Casa Revilla, otro de los espacios culturales de la ciudad. En 1917, cuando se cumplía un siglo del nacimiento del poeta, el Consistorio adquirió la titularidad del inmueble, que en sus primeros años era habitado por un agente de la Policía Municipal y su familia, los cuales ejercían de guardeses.

Tras numerosas reformas, en 1989 pasó a tener un horario de visitas reglado, mientras que a partir de 1996 se iniciaron las primeras actividades en el recinto, como talleres infantiles.

Al margen de su programación puntual, la Casa de Zorrilla mantiene un calendario estable de actividades que en su mayoría giran en torno a al escritor y su obra y que comienzan en febrero para conmemorar su nacimiento.

Tras ello, en marzo se recuerda el aniversario del estreno del Don Juan Tenorio en 1844; en abril se exponen manuscritos y ediciones particulares del poeta; en mayo se guardan poemas contemporáneos con monedas y periódicos en una cápsula del tiempo que se entierra en el Jardín Romántico de la Casa; en junio acoge también una hoguera con motivo del solsticio de verano, aunque en este caso maridado con el Tenorio en la conocida como 'Noche de Don Juan'; en julio se inicia la temporada de actividades en el Jardín, con recitales, presentaciones y conciertos que en septiembre dan paso al ciclo 'Tiempo de Feria en la Casa del Poeta', mientras que en octubre arranca el curso del Bautismo de Recuerdo a poetas actuales relacionados con la ciudad; en noviembre se realiza la Semana de Estudios Románticos, y en diciembre se culmina el año con una serie de iniciativas enmarcadas en 'Se armó el Belén en la Casa del Poeta'.

Ángela Hernández ha destacado la cantidad de actores o cónsules que han visitado la Casa de Zorrilla en estos años, los cuales "quedan impresionados sobre todo con el Jardín Romántico", situado "en pleno centro de la ciudad".

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Escribo para decirte que te odio'

Por otro lado, el próximo 4 de enero la vecina Casa Revilla acogerá la presentación de 'Escribo para decirte que te odio', nueva novela de Ángela Hernández que narra la vida del escritor Ángel Vázquez, ganador del Premio Planeta en 1962 y que hubo de sufrir el boicot de su obra por el régimen franquista.

El título de la novela se refiere a la frase que le dedicó Emilio Sanz de Soto y en ella se refleja la intensa vida cultural de Tánger antes de la independencia de Marruecos, cuando esta ciudad fue declarada internacional y reunió literatos y artistas de distintos países.

Hernández ha señalado la "mala suerte" que acompañó a este autor, que se vio eclipsado en su momento por la relevancia de la novela 'Memorias de Leticia Valle', de la escritora vallisoletana Rosa Chacel.

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