Jamie Hewlett (Sussex - Reino Unido, 1968) saltó a la fama en los años noventa como cocreador del cómic Tank Girl. Ambientada en Australia en un futuro posapocalíptico, la historia la protagoniza una mercenaria punky que vive y se traslada en un tanque. De piernas largas y rasgos angulosos, la heroina comparte rasgos con los componentes de la banda Gorillaz. También creado por Hewlett en colaboración con Damon Albarn, el grupo musical virtual no necesitó caras humanas para vender en 2001 más de siete millones de copias con su primer disco.

Una cara diferente del dibujante de cómics, ilustrador y diseñador británico es la que ofrece sus tres nuevas colecciones de trabajos, presentadas en la galería Saatchi de Londres, que anuncia el evento como la primera exposición de arte del autor. En cartel hasta el 2 de diciembre, The Suggestionists —término inglés inexistente que podría traducirse por Los sugerentistas— contiene rasgos identificativos, pero también sorprende por la diversidad de temas y estilos.

La muestra comienza con la exhibición de la primera de las series, un rediseño de la baraja del tarot de Marsella, con 22 obras a gran escala que versionan cartas especialmente simbólicas como la Rueda de la fortuna, el Loco o la Muerte. Las facciones simiescas, las rodillas puntiagudas y los cuerpos alargados de los personajes dejan ver la mano de Hewlett tras cada pieza.

En la línea de las películas del cine de explotación —truculento, sexual y algo caricaturesco por su empeño en resultar lascivo e inmoral— de entre los años sesenta y setenta, Honey rinde homenaje al género, grandes cajas de luces evocan el ambiente del vestíbulo de un cine x. En ellas hay diseños de carteles de una hipotética película del mismo título, obras que adoptan los códigos estéticos de las películas de Russ Meyer o Terry Southern.

Pines (Pinos) rompe con la oscuridad de las otras dos colecciones. El artista dibuja a gran tamaño detalles de árboles, con troncos, ramas y frutos contenedores de tramas y volutas. Con el ejercicio poético, Hewlett huye de los encasillamientos y se presenta como un artista abierto a la exploración.