Las hipotecas son hoy más baratas que antes de la crisis, pero menos accesibles. Que nuestro banco nos conceda un crédito hipotecario es mucho más difícil; las exigencias de los bancos son mayores. De modo que la crisis también ha transformado el perfil de la hipoteca y de su solicitante.

En este momento, las hipotecas se piden en pareja, por cuotas en torno a los 760 euros y a interés variable –parece lo lógico teniendo en cuenta que el euríbor sigue en mínimos históricos–. Es lo que señala un estudio de la asesoría fiscal GS Financial, que ha documentado una radiografía del solicitante medio de hipotecas en España.

Efectivamente, la Estadística Registral Inmobiliaria del último trimestre indica que la contratación a tipo de interés variable referenciado al euríbor se sitúa en el 90,3% de los nuevos créditos hipotecarios. No obstante, la contratación a tipo de interés fijo llegó al 7,7%, alcanzando así un máximo histórico.

Así, los españoles van a contracorriente del resto de europeos. GS Financial señala que la inmensa mayoría sigue apostando por una hipoteca a interés variable sin tener en cuenta que nos encontramos en la fase más baja de la curva, la del euríbor. Es decir, “cualquier acontecimiento inesperado puede cambiar esta tendencia e incrementar nuestra hipoteca hasta límites insospechados”,  asegura su director general, José Luis Vera.

El 80% de quienes solicitan un préstamo hipotecario lo hacen en pareja, por un importe medio de 130.000 euros si viven en Madrid o Barcelona, y de 89.000 euros si residen fuera de estas dos capitales. En un 90% firmando un crédito a interés variable, y en un 75% con un compromiso de pago de 30 años, asegura el estudio.

El comprador se he hecho mucho más prudente, asegura Vera. “Por término medio nos encontramos ante un comprador más adulto, con un nivel de estabilidad laboral importante, en un 80% de los casos nacional, y que compra vivienda en pareja para minimizar el impacto de la cuota en su economía”, explica.