Si en el bautizo de Leonor los pequeños Marichalar y Urdangarín se rebelaron acercándose a la pila y cual monaguillos espontáneos, en esta ocasión su comportamiento ha sido mucho más comedido. O les leyeron a todos la cartilla antes o el sofocante calor atemperó las ansias de encaramarse en la pila bautismal como hicieron en enero del 2006. Esta vez , desgraciadamente, no estaba Erika, la fallecida hermana de la princesa, quien entonces echó una mano para controlar a los niños.

Resultaba conmovedora la expresión de aburrimiento de los pequeños jugando con unos abanicos, especialmente la de Froilán, el más "trasto de la familia"

El presidente del gobierno, de viaje

Una ausencia significativa: la del presidente de gobierno y su esposa, de viaje en México. Si en el bautizo de Leonor, Sonsoles Espinosa causó sensación con un conjunto a lo Jackie Kennedy y casquete de Elena Benarroch, este año ha sido la vicepresidenta de gobierno, con un impecable traje chaqueta rosa y un bolso malva la invitada más elegante. No realizó ningún tipo de reverencia. A pesar de su edad, parecía una top model en una fiesta de Armani.

Letizia, más regia con Sofía

Si el conjunto "achanelado" que luciera cuando bautizó a la que algún día será Princesa de Asturias destacó por su sobriedad y sencillez, en esta ocasión, dieciocho meses después, la princesa de Asturias ha echado el resto para acristianar a su hija menor. El taje- abrigo de encaje blanco de media manga sobre un sencillo vestido gris perla, era impresionante. Los zapatos, con ligera plataforma, prestaban audacia a la cuidada indumentaria de la princesa.

Los padrinos

Últimamente la Iglesia católica aconseja a los padres que elijan padrinos lo más jóvenes posibles. Los príncipes han sido consecuentes. Los Reyes fueron los padrinos de Leonor, y Sofía ha contado con dos padrinos sensiblemente menores en edad: la abuela materna, Paloma Rocasolano y Kostantin de Bulgaria, gran amigo del Príncipe.

El lapsus del vestido de la abuela Menchu

Si en el bautizo de Leonor no hubo terroríficas coincidencias en el color y diseño de los modelos elegidos por las damas asistentes, no ha ocurrido lo mismo en el de Sofía. Su abuela paterna y tocaya, la Reina lucía un traje chaqueta amarillo casi clónico al de la bisabuela radiofónica, Menchu del Valle, en color lima.

La actitud de las Infantas durante el bautizo

Semidormidaposó para los fotógrafos y  recibió las aguas bautismales la futura heredera, Leonor, mientras la benjamina no cerro sus enormes ojazos azules durante el posado ni la recepción previa a la ceremonia. Ha confesado Letizia que la pequeña Sofía le está dando más guerra que Leonor. Tal vez por ello, el Príncipe Felipe, prudente, no ha dicho, como hiciera hace dieciocho meses que quiere tener "más hijos, muchos más".