El impacto de la crisis de los refugiados en las finanzas públicas de los países de la UE será "limitado" para la mayoría de ellos y su efecto en el PIB y la fuerza laboral puede ser incluso positivo, aunque pequeño, ha indicado este jueves la Comisión Europea (CE).

En el primer análisis de la Comisión Europea (CE) sobre el impacto económico de la crisis de los refugiados en la Unión Europea (UE), el Ejecutivo comunitario defiende que, contrario a lo que la política suele alegar, el flujo migratorio y de refugiados no tiene por qué tener un impacto negativo en las economías.

El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ha afirmado en la presentación de las previsiones macroeconómicas de otoño, que incluyen esta primera evaluación, que el efecto de la llegada de migrantes y refugiados, bajo ciertas condiciones y dependiendo de las políticas integradoras, "sería favorable, ligeramente positivo, pero no masivamente".

El PIB aumentará entre un 0,2 % y 0,3 % de aquí a 2017 en el conjunto de la UE, ha asegurado, al tiempo que recalcó que el impacto será más importante para los países de destino, es decir, de acogida. La CE señala que, si el gasto neto se incrementa, el consumo público adicional y la inversión "aumentan el crecimiento del PIB".

Para los pases de destino, un impacto adicional en el crecimiento puede darse a través del aumento de la fuerza laboral, debido a la incorporación de los refugiados en el mercado.

La Comisión hace sus cálculos asumiendo que entre 2015 y 2017 habrán llegado un total de 3 millones de migrantes y refugiados a territorio comunitario, que el 50 % de las demandas de asilo será aceptado y que tres cuartas partes estarán en edad para trabajar. Ello resultará en un aumento de la fuerza laboral de la UE de un 0,1 % hasta finales de año y del 0,3 % en 2016 y 2017.

La CE incluye un gasto fiscal del 30 % del PIB per cápita por migrante de media, sobre la base de los 12.000 euros por refugiado que se calcula serán necesarios en Alemania.

En cuanto al impacto fiscal, la CE estima que para los países de tránsito y de destino más afectados el efecto sobre el saldo presupuestario de los gastos públicos adicionales que exigirá la respuesta a la crisis será como máximo de un 0,2 % del PIB en 2015.

El Ejecutivo comunitario calcula que el efecto se estabilizará generalmente en 2016 para los países de tránsito y aumentará "ligeramente" en algunos Estados miembros de destino.

Para los países de tránsito, el gasto adicional se centra principalmente en operaciones de salvamento, protección de fronteras, el registro de refugiados y la provisión a corto plazo de alimentos, cuidado de salud y acogida. Para los de destino el gasto está más asociado con viviendas sociales, educación y el aprendizaje, sobre todo de idiomas.

El alcance del impacto del gasto público dependerá del uso que hagan los países de las contribuciones del Fondo de Asilo, Migración e Integración o de los fondos europeos estructurales y de inversión, así como qué punto se adaptan otros gastos e ingresos, ha indicado la CE.

Varios países, entre ellos Austria e Italia, han pedido a la CE que tenga en cuenta el esfuerzo que tendrán que hacer en cuanto a gastos cuando evalúen el cumplimiento de la disciplina fiscal.