Los síntomas de agotamiento inmobiliario se multiplican. Por primera vez en la historia, durante el primer trimestre del año las familias se retrasaron más que las empresas en pagar sus préstamos en el plazo marcado, según datos del Banco de España.

Al finalizar los tres primeros meses de 2007, la tasa de morosidad de las empresas se situó en 5.554 millones de euros. Sin embargo, los retrasos de los hogares superaron esta cifra en 218 millones, alcanzando los 5.772 millones de euros.

Casi la mitad de estos préstamos de dudoso cobro concedidos a particulares (2.728 millones) iban dirigidos a la adquisición o rehabilitación de viviendas. Sin embargo, los expertos recuerdan que dentro de este concepto se incluyen las hipotecas firmadas por muchos clientes para obtener un préstamo con el que hacer frente a otras deudas.

Lo que parece claro es que las familias empiezan a tener problemas. En enero se produjo el primer aumento mensual de la morosidad tras cuatro descensos consecutivos, a lo que se sumaron las sucesivas subidas de tipos, que situaron el euríbor en el 4,506%. Y subiendo.

Aún nos salva el empleo

Así opina Pere Brachfeld, profesor de la Escuela Admón. Empresas (EAE):

En los últimos años, las familias españolas han tirado de endeudamiento para financiar no sólo la vivienda, sino el coche, los electrodomésticos, el viaje al Caribe... Han financiado el carpe diem que nos vende la sociedad de consumo.

Ahora se encuentran con el gran problema de las subidas de tipos que han encarecido las cuotas de los préstamos. Cuando se vean ahogadas, las familias reducirán el consumo en ocio y luego empezarán a dejar de pagar las cuotas de los préstamos.

Al final, cuando se deja de  pagar la hipoteca, la situación ha llegado a un punto verdaderamente malo. Por ahora nos salvan los buenos datos del empleo.

73, en suspensión de pagos

Desde 2004 una ley permite a las familias declararse en suspensión de pagos por la vía judicial.

A lo largo de 2006, y en lo que va de año, 73 familias ya se han acogido a este procedimiento, que se conoce como concurso de acreedores, según el INE.