Los ocupantes del Rainbow Warrior, buque insignia de Greenpeace que recorre las costas mediterráneas tratando de concienciar sobre su deterioro, desembarcaron ayer en la playa almeriense de Carboneras para protestar contra la construcción del macrohotel El Algarrobico en su línea de costa. Los activistas realizaron una pintada gigante sobre su fachada con letras de tres pisos de altura en la que se puede leer «ILEGAL».
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