El 31 de marzo, en plena precampaña electoral, se inauguró el Parque de las Norias. Los estanques, los jardines y las pistas de pádel estaban listas y las fachadas de los edificios del entorno rehabilitadas.
Sin embargo, faltaba aún levantar el rocódromo (lo acabarán a finales de verano) y, lo más importante, concluir los accesos.
Pese a este inconveniente se decidió cortar la cinta y los Lunnis lo inauguraron aquel sábado por todo lo alto. Tres meses después, llegar hasta el parque es muy complicado.
El único acceso posible en coche es por el Polígono Argales, pero en el camino debes salvar una auténtica gimkana de obstáculos.
Para empezar, una valla corta uno de los dos carriles, y, los postes de luz se alternan en medio de la calzada, que se estrecha al límite.
Si continúas y consigues evitar golpear a alguna de las numerosas alcantarillas elevadas varios centímetros sobre el asfalto (en realidad falta la última capa de brea), llegas a una rotonda, con otro poste eléctrico en medio.
Al girar, dos conos y una valla baja protegen una alcantarilla levantada, que por suerte tiene tapa, no como otra anterior por la que podría caer cualquier peatón que transite por allí. Aparcar también es difícil, por la altura de los bordillos.
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