Rafael, autoconsumidor eléctrico: "Mi casa es independiente en energía: no pago luz ni gas"

Rafa Montes, en su casa de Chinchón, con los paneles fotovoltaicos y el generador.
Rafa Montes, en su casa de Chinchón, con los paneles fotovoltaicos y el generador.
JORGE PARÍS
Rafa Montes, en su casa de Chinchón, con los paneles fotovoltaicos y el generador.

A decenas de kilómetros de Madrid, en la localidad de Chinchón, hay una casa extraña desde el punto de vista energético. No es la casa tradicional con sus contadores, su toma eléctrica y sus cables que vienen de una distribuidora de las consideradas tradicionales. La casa tiene placas fotovoltaicas, aerogeneradores y una unidad de biomasa. Podríamos llamarla una casa verde, pero Rafa, su propietario, destaca otro adjetivo: es una vivienda independiente.

"Mi casa es totalmente independiente en la energía, no pago ni luz ni gas", presume Rafael Montes, de 48 años, cuando cuenta su experiencia como propietario de una vivienda que autoconsume su propia energía. Este vecino madrileño fue uno de los pioneros de esta modalidad de consumo energético. "Realicé toda la instalación hace 15 años, aunque es verdad que tenía más información que los demás", asegura.

Rafa tiene una empresa de instalación de paneles solares desde hace 25 años, así que conocía las bondades medioambientales de estos sistemas y el ahorro económico que podría producirle. "Pregunté cuánto podría costarme realizar un tendido eléctrico hasta mi casa y me dijeron que unos 3.000 euros por cada 100 metros, además de los gastos burocráticos, un dineral", recuerda.

La rentabilidad depende de la norma legal

Rafa hizo cuentas al conocer lo que pretendían cobrarle por llevar electricidad a su casa. Y consideró que le salía más barato producir su propia energía pese al coste inicial de la inversión: "Pagué entonces 20.000 euros por las placas fotovoltaicas, pero es cierto que ahora son más baratas", recuerda este hombre. El precio, según este vecino de Chinchón, se ha reducido un 75%.

Varios instaladores confirman 20minutos esta bajada de precios en un producto que ahora se puede adquirir de forma más económica, tanto con empresas de instalación, como con kits de autoinstalacion que se pueden encontrar a través de Internet. La instalación de los paneles cuesta de 6.000 a 8.000 euros. Si además se quiere ser completamente independiente de la red —para no pagar los famosos 'impuestos al sol' que impondrá el Gobierno— mediante acumuladores de energía, el precio asciende a unos 11.000 euros.

Esta inversión extra en baterías como las que anunció recientemente la compañía Tesla, permitiría al consumidor poder guardar la energía generada durante el día, en las horas de sol, para luego utilizarla a lo largo de la noche. Eso permitiria vivir completamente aislado de la red eléctrica general y no pagar costes ni peajes. "El autoconsumo eléctrico permite a un hogar ahorrar unos 200 euros al año", asegura Juan José del Valle, director técnico de la plataforma Ecooo, que lamenta que ahora, con este Real Decreto aprobado por el Gobierno que impone peajes al autoconsumidor, "el ahorro se reducirá en un 25% hasta los 150 euros, así que tardará más tiempo en amortizar la compra de los paneles".

Según Del Valle, si un hogar tardaba de 15 a 20 años en amortizar la inversión en energía fotovoltaica, ahora tardaría unos 25 años. Como la vida útil de estos paneles es aproximadamente de 30 años, puede que tras el decreto no compense optar por el autoconsumo de renovables como opción económica y limpia.

Las empresas, también afectadas por el decreto

Rafa Montes, tras varios años de consumidor, pasó a ser miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Enérgetico, que es una de las organizaciones más críticas con el decreto de autoconsumo eléctrico que tramitó este viernes el Consejo de Ministros y que se marca como objetivo impulsar el desarrollo del autoconsumo como herramienta de cumplir los objetivos de reducción de emisiones contaminantes y reducir la dependencia energética de España respecto a las fuentes enrgéticas como el petróleo.

El autoconsumo eléctrico, que con una normativa más cercana a otros países podría beneficiar a más hogares como el de Rafa, también ayudaría a proporcionar competitividad a las empresas españolas. "De hecho, estos proyectos de autoconsumo, sin un acumulador, son menos interesantes en los hogares que en la pymes, porque en las horas con más sol los autoconsumidores están fuera de casa", asegura un portavoz de Gamo Energía, una empresa instaladora de soluciones fotovoltaicas.

Los expertos del sector identifican tres beneficios para las empresas: primero, que el plazo de amortización de las paneles sería inferior y así rentabilizarían antes su inversion respecto a un particular; en segundo lugar, al reducir los costes de su factura energética, podrían competir mejor contra empresas de otros países; y tercero, porque el horario de trabajo coincide con la exposición solar, así que no necesitan comprar acumuladores y baterías.

Con el decreto aprobado el viernes, las empresas, que suelen contratar potencias mayores de 10kWh, se verán obligadas ahora a pagar el impuesto al sol establecido por el Gobierno para compensar los gastos del sietmas, tanto la cuota fija de todos los autoconsumidores, como la cuota variable dependiente del consumo que realicen. "Si antes terminaban en amortizar la inversión en seis o siete años, ahora tardarán diez", calcula Juan José del Valle, de Ecooo.

"El retraso en la regulación del autoconsumo ha hecho perder competitividad a nuestras empresas frente a las empresas de otros países", señalan desde Gamo Energías; "el Gobierno ha hecho un mal servicio al país retrasando la regulación del autoconsumo eléctrico, muchas empresas podrían estar reduciendo ya un 30% sus facturas eléctricas y dentro de seis años haber amortizado toda la inversión para que, desde entonces, la energía no tenga ningún peso en sus costes".

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