Ocho horas de duro interrogatorio en las que Porto se mantiene entera y ensalza su labor como madre y su amor por Asunta

La madre de la niña asegura que ella "siempre" le decía que era "como la madre de la Pantoja", por la atención que le prestaba
Rosario Porto en el juicio de Asunta
Rosario Porto en el juicio de Asunta
EUROPA PRESS
Rosario Porto en el juicio de Asunta

Las casi ocho horas de interrogatorio a las que se ha sometido Rosario Porto este jueves han hecho mella en la madre de Asunta, acusada de matar a su hija en un plan conjunto con su exmarido. Sin embargo, no la han tumbado y la abogada se ha sabido mantener entera, pese a los recurrentes momentos de debilidad, y ha reivindicado su labor con la niña y su amor por ella.

Estaba previsto que la jornada de este jueves fuese crucial en el desarrollo del juicio en el que Porto y su exesposo, Alfonso Basterra, se enfrentan a peticiones de cárcel de 18 años por el fiscal y 20 por la acusación popular, por un supuesto delito de asesinato, con el agravante de parentesco.

Y es que la declaración de la acusada, que ha respondido a todas las preguntas, en su mayor parte con profusión, abundando en detalles y explicaciones, aunque también ha admitido no recordar muchos de los datos, será determinante para que las partes traten de demostrar su versión de los hechos ante las nueve personas que componen el jurado popular.

Como el miércoles, primera sesión del proceso en abierto y, por tanto, primer día en que Porto y Basterra volvían a coincidir en una misma sala, sentados uno delante del otro, de espaldas, la madre adoptiva de Asunta ha vestido de riguroso negro, sin maquillar, y ha recurrido a un paquete de pañuelos de papel para sonarse durante sus continuos sollozos.

Cuando las acusaciones le han mostrado fotografías y documentos en las pantallas colocadas en la sala a tales efectos, Rosario ha echado mano de las gafas que guardaba en un pequeño estuche, en su mesa.

Empezó su declaración ante el fiscal sobre las 10,00 horas con un hilo débil de voz, pero fue tomando fuerza y entereza, hasta configurar un discurso claro y por ratos detallado, aunque también divagador en otros instantes.

Debido a la intensidad de las preguntas de este —el abogado de Porto lo ha calificado de "inhumano"—, la acusada de asesinar a la menor, que adoptó junto a su exmarido cuando no contaba con un año, ha llegado a interrumpirle y referirse a él con brusquedad, incluso levantó la voz, tras lo cual, de inmediato, pidió disculpas a "sus señorías".

El peor momento ha sido cuando el representante del Ministerio Fiscal le ha enseñado una imagen del cadáver de la menor, hecho que ha provocado que rompiese a llorar, y que también ha causado consternación entre el jurado.

"la niña"

A ella, a Asunta, Rosario Porto se ha referido fundamentalmente como "la niña". Menos han sido las veces en que ha mencionado su nombre, lo cual hacía que su voz se quebrase, o las que la ha denominado "mi" o "nuestra hija".

Sobre el matrimonio, ha reconocido que "como cónyuges" la relación no fue buena, pero ha defendido que "como padres" hicieron "todo" lo que pudieron, y ha reivindicado su amor -tanto suyo como de su exesposo— por Asunta.

De hecho, ha asegurado y ha tratado de demostrar con ejemplos concretos que "no escatimaba" en la menor, ni en su educación ni en actividades extraescolares y de otro tipo. "Podía escatimar para mí, pero no para mi hija", ha aseverado.

Con todo, ha atribuido a la depresión su ausencia en determinados momentos, o el hecho de que Basterra fuese el que se ocupase más de ella, motivo por el cual recibió, según ha dicho, recriminaciones por parte de alguna otra madre de compañeras de Asunta.

Le explicó "por qué obama no merece el nobel"

Porto no ha escatimado en elogios para su hija, de la que ha valorado que tenía altas capacidades, que ella y su padre trataron de "potenciar", y la ha definido como "brillante", "ingeniosa", "graciosa" y, en lo físico, "especialmente guapa" y "delgada" para su estatura, pero "fibrosa".

"Tienes que estar preparado para que tu hija te explique por qué Barack Obama no merece el Premio Nóbel de la paz", ha indicado al fiscal, para tratar de constatar la inteligencia de su hija.

Ya hacia el final de la tarde, cuando su abogado le preguntaba por un intercambio que Asunta no llegó a realizar, Porto ha bromeado con que la niña "siempre decía" que ella era "como la madre de la Pantoja", porque, de llegar a irse, su madre tenía previsto ir a visitarla.

Alusiones a la cárcel

A lo largo de la jornada, por otra parte, Rosario ha hecho varias alusiones a su vida en la cárcel y a cosas que está aprendiendo en ella.

Por ejemplo, sobre el episodio en el que supuestamente un hombre entró en su piso de noche y atacó a Asunta, ha dicho que, "por la experiencia" que ha tenido estos dos años encerrada, los individuos que entran "a robar" en moradas ajenas "no suelen andar con muchos miramientos".

En otro extremo más crítico, durante el visionado de las cuerdas localizadas en el lugar de crimen, ha apuntado que "compañeras presas que vienen del rural" le trasladan que "Galicia está llena de cuerdas como esta".

BASTERRA,

También de negro

Por su parte, Basterra, que este jueves ha dejado a un lado el azul del jersey para vestir una chaqueta negra, se ha vuelto a mostrar serio, pensativo, y llevándose las manos a la barba y a la cabeza en numerosas ocasiones.

El contacto con su exmujer tampoco ha existido esta jornada y, no en vano, ha dirigido su mirada hacia otros lugares de la sala.

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