Si hace un mes escaso era Milagros Delicado quien decidía cerrar las puertas de su galería en el Puerto de Santa María, en esta ocasión es Juan Ángel González de la Calle quien ponen punto y final a su innovador proyecto en la sala Arte Tornería. Un lugar donde en los últimos meses se han podido contemplar un elevado número de muestras insólitas y al que han acudido decenas de artistas en busca de una oportunidad.

Un claro ejemplo de ello es la fotógrafa Patricia Díez, quien, junto con un grupo de artistas, ha participado en la última exposición en Arte Tornería: En Pelotas. En esta original muestra los artistas han utilizado el desnudo como excusa para elaborar una obra. "Si se observan los cuadros, las fotografías o las esculturas, uno descubre que siempre hay algo más tras ellas", comenta Patricia.

Esta joven fotógrafa trabaja desde hace meses en la serie que ella misma ha titulado como Homo Económicus. En ella "fotografío desnudos urbanos, que reflejen lo que somos realmente, que digan algo. Por ejemplo, Shopping -una de las instantáneas expuestas en Arte Tornería- es una pieza donde se pretende criticar el lado más consumista del ser humano". Para crear esta instantánea "tuve que convencer a una chica para que se desnudara en plena calle y ante un escaparate. Recuerdo que hacía mucho frío y que los hicimos todo muy deprisa para no llamar demasiado la atención", explica con una sonrisa en los labios.

"Llegué hasta esta galería de la mano de Juan Ángel de la Calle. Él me propuso exponer un mes antes de que la muestra estuviera lista. Conocía esta sala porque creo que es la única independiente que quedaba en la ciudad. Es una pena que cierre sus puertas", asegura la artista. En cuanto a las causas de la clausura de las instalaciones Patricia se encarga de recalcar que "a pesar de que ya se sabe que la sala va a cerrar, existe una lista de espera para poder exponer aquí. El problema es que cuesta muy caro mantener abierto un espacio como éste", sentencia.

Mientras que Patricia Díez insiste en que "al arte no hay que buscarle utilidad", un grupo de adolescentes contemplan con curiosidad la escultura En pelota picá -también de esta artista de tan sólo 24 años-, un viejo balón de reglamento picado y atravesado por alambres que juega con el doble sentido de las palabras.

"Espero seguir exponiendo en un futuro no muy lejano, aunque en Jerez es cada día más complicado", sentencia la fotógrafa. Una triste realidad para una localidad con uno de los mayores términos municipales de España y a la que sólo le queda, al margen de los espacios pertenecientes al Ayuntamiento o la Junta de Andalucía (como la sala Julián Cuadra o Pescadería Vieja), un espacio pluridisciplinar regentado por el diseñador de moda Roberto Díz como lugar destinado para dar a conocer a jóvenes artistas de toda la provincia.

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