En lo que va de año han fallecido ahogadas en piscinas y espacios naturales de nuestro país 271 personas, 85 de ellas sólo en julio y 66 en agosto, unas cifras de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) que tienen difícil comparación con otros años por la dispersión y ausencia de datos de este tipo de accidentes. De hecho, a pesar de que el ahogamiento es la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo, en España apenas se recopilan y estudian los datos sobre este tipo de muertes.

En verano, por causas obvias relacionadas con el calor y las vacaciones, el número de ahogamientos se dispara, este año con una mayor incidencia. "La impresión es que el hecho de que este año haya hecho más calor y que haya habido una mayor afluencia en las playas ha provocado más incidentes", explica Miguel Pascual, director técnico del estudio Ahogamientos en España realizado en 2014 por la Escuela de Socorrismo de Segovia (ESS) y la Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo (AETSAS).

De hecho, más de la mitad de los ahogamientos sucedieron en la costa: en lo que va de año, el 56,09% de los ahogamientos (152 sobre el total) se han producido en playas, el escenario más frecuente en este tipo de accidentes, el 17,34% en piscinas (47) y el resto, que supone el 26,57%, en otros espacios acuáticos, como son ríos (donde tuvieron lugar el 9% de los casos), canales, puertos, pantanos, balsas, torrentes y pozas.

Desde el 1 de junio, cuando comenzó la temporada, la Cruz Roja ha rescatado a 2.242 personas en riesgo de ahogamiento en las 340 playas españolas en las que están presentes sus socorristas, que tuvieron que evacuar al hospital a 1.426 de esas personas.

Según datos distribuidos a mediados de agosto por la RFESS, que este año ha comenzado a recopilar y difundir datos sobre muertes por ahogamiento, la mayoría de estos decesos, un 71%, se produjeron en espacios donde no existían servicios de vigilancia o socorrista en el momento del incidente, mientras que en el 27% restante de los casos sí había este servicio (del 2% restante no se tienen datos).

El número de ahogados sigue una progresión natural casi en paralelo con las estaciones del año y la mejora del clima para la práctica del baño. Así, febrero ha sido el mes en el que se han registrado menos fallecimientos por esta causa, sumando ocho muertes, seguido de enero con 14, abril con 16, marzo con 20, mayo con 23 y junio con 39. En agosto hubo de media de 2 ahogados diarios, una cifra aún peor en julio, cuando prácticamente se llegó a 3.

La cifra de ahogados en nuestro país parece seguir una tendencia descendente, según los últimos cinco años disponibles en la base de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En todo 2009 fallecieron ahogadas 506 personas; 413 en 2010; 458 en 2011; 434 en 2012 y 405 en 2013, último año con cifras oficiales disponibles. El estudio de la ESS y la AETSAS revela que en 2014 se ahogaron en nuestro país otras 339 personas.

Por edades las personas que más sufrieron este tipo de accidentes mortales fueron los mayores 45 años (el 58,3%), que concentran más de la mitad de las víctimas. En el otro extremo, los niños de hasta diez años han supuesto el 8,9% (24 niños ahogados), y se han concentrado sobre todo en el tramo que va de cero a tres años (12 ahogados, el 4,4% del total).

Según el estudio de la AETSAS, el perfil mayoritario del ahogado en España es el de un varón de más de 60 años, en una playa, fuera del horario de servicio de socorrista y durante la práctica de la natación recreativa. De hecho, los varones se ahogan en una proporción muy superior a las mujeres, siendo el 80% de las víctimas, frente al 20% de las mujeres.

El experto Miguel Pascual explica que el varón "tiene una mayor actividad en el agua que la mujer" y que el tipo de actividad que realiza en el medio acuático "suele ser de mayor riesgo y con menos conductas de autoprotección". La Cruz Roja destaca que 9 de cada 10 accidentes se podrían haber evitado tomando precauciones.

Lamentablemente, el otro perfil mayoritario en los ahogamientos lo ocupan los niños. Según el estudio de la ESS y la AETSAS el perfil medio es el de un menor de 10 años que fallece en una piscina y sin supervisión.

La edad es uno de los principales factores de riesgo, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), y sobre todo en lo que a los más pequeños se refiere, por "lapsos de inatención en la supervisión de un niño". Así, los menores de 5 años son los que suelen presentar los mayores índices de mortalidad por ahogamiento y la asfixia por inmersión es la principal causa de muerte accidental en niños entre 5 y 14 años en todo el mundo.

Advierten los expertos que la muerte por ahogamiento es un problema que no sólo afecta a quienes fallecen, pues por cada muerte por ahogamiento, se estima que otras 4 víctimas presentarán secuelas más o menos permanentes tras haber sufrido un ahogamiento parcial.

"Julio ha sido un mes malo y en agosto no ha habido ni un solo día sin ahogamientos", se lamentaba Miguel Pascual, que añade que "los socorristas están desbordados". De hecho, las asociaciones dedicadas al salvamento acuático coinciden en que este sector no se ha librado de la crisis y los recortes. "Los operativos de las playas, por ejemplo, han sufrido recortes en dinero, en personal, en equipamiento, con contratas a la baja, aunque este año se ha activado un poco más", hace ver Pascual.

Coincide con esa percepción Ana Domínguez, coordinadora de la Comisión de Prevención y Seguridad de la RFESS, que asegura que en términos generales "se han reducido las jornadas laborales de los socorristas y se ha acortado la temporada de verano en la que trabajan".

La OMS advirtió en un informe de 2014 que los ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo y suponen un 7% de todas las muertes relacionadas con traumatismos. Según el organismo, se calcula que en el mundo mueren cada año por ahogamiento 359.000 personas. En ese informe, el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, advertía que "no se puede gestionar lo que no se mide, y hasta ahora nunca ha habido un esfuerzo integral por medir los ahogamientos en todo el mundo".

La entidad internacional reconoce que las muertes por ahogamiento accidental son un asunto grave que sin embargo recibe "poca atención" y "los datos son escasos" por lo que consideran "esencial otorgar prioridad a las investigaciones e iniciativas de salud pública para determinar los factores de riesgo y la carga que suponen los ahogamientos en todo el mundo", para "cuantificar la magnitud del problema".

Ana Domínguez, de la RFESS, asegura que el trabajo que la Federación ha comenzado a hacer, de recopilación y análisis de datos de ahogamiento, así como el trabajo de otras entidades, ayudará a "conseguir una mayor concienciación y a que se pongan más medios para evitar estos accidentes". Además, "permitirá unificar criterios" para la prevención y a que las administraciones mejoren su preparación en este asunto.