Alvar Aalto, arquitecto de los valores humanos, protagoniza una exposición en Barcelona

  • 'Alvar Aalto (1898-1976). Arquitectura orgánica, arte y diseño', retrospectiva sobre el autor que colocaba siempre al ser humano por encima de las obras.
  • Durante medio siglo de ejercicio, el finlandés planeó 500 edificios y diseñó centenares de objetos que todavía se siguen comercializando con gran éxito.
  • Sintetizaba todas las artes en un todo 'sinfónico' y creó espacios domésticos cálidos donde combinaba materiales y 'coreografías' de luz.
El arquitecto finlandés Alvar Aalto (1898-1976), retratado en su estudio en 1945
El arquitecto finlandés Alvar Aalto (1898-1976), retratado en su estudio en 1945
© Alvar Aalto Estate / Alvar Aalto Museum. Foto: Eino Mäkinen
El arquitecto finlandés Alvar Aalto (1898-1976), retratado en su estudio en 1945

Al contrario que muchos arquitectos, el finlandés Alvar Aalto (1898-1976) concebía y diseñaba proyectos pensando en las personas como elemento central. La idea, a la que jamás renunció en ninguno del medio millar de edificios y viviendas que planeó, implicaba la necesidad de tener en cuenta nuestra forma de percibir el entorno. Decía, citando al pintor Fernand Léger, que su función era la de ser un  "director de orquesta" para crear una musicalidad coreográfica con los espacios, las luces y el tacto de los materiales.

Quintaesencia del arquitecto y diseñador humanista —"el verdadero funcionalismo de la arquitectura debe reflejarse, principalmente, en su funcionalidad bajo el punto de vista humano, el funcionalismo técnico no puede definir la arquitectura"—, de radicalismo creciente en el postulado de que los valores son el alma de la obra, fue uno de los adalides, junto con su amigo el estadounidense Frank Lloyd Wright, del organicismo, que acercó el modernismo al ser humano.

'La arquitectura no es una ciencia'

Uno de los grandes pilares de la arquitectura y el diseño modernos —la gran prueba es que sus edificios siguen en uso y los objetos que diseñó se venden masivamente—, despreciaba a quienes consideraban el oficio como un cuerpo de habilidades científicas y se emborrachaban de autosuficiencia. "La arquitectura no es una ciencia. Sigue siendo el gran proceso sintético de la combinación de miles de funciones humanas definidas (...) El funcionalismo es correcto sólo si puede ampliarse hasta abarcar incluso el campo psicofísico", decía, aspirando a que los proyectos tuviesen en cuenta la psicología de los usuarios.

La exposición Alvar Aalto(1898-1976). Arquitectura orgánica, arte y diseño, en el Caixaforum de Barcelona hasta el 23 de agosto, rinde homenaje a un artista cosmopolita que sentía pasión por el cine, la fotografía y el teatro, y echó mano de todas las artes para sintetizar "un todo armonioso sinfónico" en cálidos edificios e interiores domésticos o públicos, dicen los organizadores de la muestra, un recorrido por la "combinación magistral de volúmenes y materiales de construcción" del finlandés, que culminaba en "una coreografía de luz natural y eléctrica". La idea central era ofrecer a los habitantes o usuarios una "segunda naturaleza".

350 piezas

Con 350 piezas entre maquetas históricas, dibujos originales, muebles, lámparas y objetos de cristal, la exposición incluye los edificios y los diseños más representativos de Aalto, pero también proyectos menos conocidos y que nunca se llegaron a materializar. La muestra se completa con la obra del fotógrafo alemán Armin Linke, comisionado para retratar y filmar determinados edificios. Las nuevas imágenes están diseminadas por todo el recorrido expositivo y entablan un diálogo con el material histórico y de archivo.

El arquitecto finlandés más importante de su generación y líder de la modernidad humanista, Aalto planificó en medio siglo de ejercicio en torno a quinientos edificios en 18 países. Entre los proyectos hay construcciones oficiales de uso cultural, casas privadas, pabellones de exposición, instalaciones industriales, edificios de oficinas, adosados y casas prefabricadas. Muchos de los proyectos son Gesamtkunstwerke (obras de arte totales) para las que diseñó no solo la estructura constructiva, sino también los espacios interiores, los muebles, las lámparas y las tapicerías.

'Combinaciones magistrales'

El sanatorio para tuberculosos de Paimio, para el que diseñó la famosísima silla del mismo nombre; la Biblioteca de Viipuri; el Centro Cultural de Wolfsburg, con forma de claustro, y la hermosa Villa Mairea, son algunas de las obras en las que ahonda la muestra como "combinaciones magistrales y orgánicas de volumen, materiales y luz" que eran la marca de la casa del arquitecto.

También presta atención la exposición a los objetos de decoración y elemetos de mobiliario de Aalto, comercializados a partir de 1935 por la empresa Artek, que montó con su esposa, y algunos de los cuales permanecen vigentes y demuestran su vigencia con el paso del tiempo. Ocupan un lugar central las sillas y banquetas de madera laminada, el miles de veces copiado taburete de tres patas y el jarrón Savoy, del que se ha escrito que es el epítome del diseño orgánico finlandés.

La Alhambra, 'un estímulo'

Los organizadores apuntan que el finlandés realizó dos viajes en 1951 a España para pronunciar conferencias en Barcelona y Madrid. Conoció la obra de Gaudí, visitó El Escorial y emprendió una ruta por Andalucía y el norte de Marruecos. En Granada, visitó la Alhambra —"un estímulo arquitectónico", dijo—. El contacto de Aalto con los jóvenes arquitectos españoles fue trascendental para la fundación del Grupo R en Barcelona, en agosto de 1951, así como para la redacción del Manifiesto de la Alhambra, en Madrid, en 1953, que recuperaba el espíritu del Movimiento Moderno en España.

La singularidad e importancia de Aalto, añaden desde la exposición, es que "concebía y diseñaba proyectos pensando en las personas como elemento central", lo que implicaba "tener en cuenta nuestra forma de percibir el entorno". En los proyectos de este artista total, la vista y el oído, "sutilmente orientados mediante la coreografía de espacios y luces", juegan un papel importante, pero no menos relevante, por ejemplo, que "el tacto de los materiales y las superficies de uso".

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