Christopher Kellie, natural de Glasgow, trabaja hoy a sus 21 años como modelo, pero la historia que le llevó a conseguir su primer contrato en el mundo de la moda escapa de lo convencional.

"Llegué a un establecimiento de McDonald's con mi madre en busca de un trabajo a tiempo parcial que me permitiese seguir con mis estudios (se estaba preparando para ser entrenador personal), y acabé saliendo de allí con un contrato como modelo", contaba esta semana Kellie al Daily Record.

Alison Bruce, cofundadora de la agencia de modelos Colours, que se encontraba en el local cenando con familiares, se fijó en aquel joven y sin pensárselo dos veces le ofreció un trabajo en su empresa. "Salíamos en coche del lugar tras haber dejado mi currículum cuando una mujer vino hasta nosotros y me hizo bajar la ventanilla. 'Querrías trabajar como modelo para mí', me dijo, y así empezó todo", recordaba esta semana Kellie.

Kellie, que entonces tenía 16 años, aceptó. Hoy es el rostro de marcas como Harvey Nichols, JD Sports y Barbour. Su imagen llena carteles publicitarios de Escocia, país del que puede mudarse pronto para empezar a trabajar en Nueva York y Los Ángeles.

Alison Bruce, gran responsable de haber convertido a Kellie en uno de los modelos con más proyección de Reino Unido, recordaba la escena también en el Daily Record: "Estaba con mi marido y dos hijos. Le vi acercarse al mostrador y supe que tenía algo especial. Le seguí hasta el aparcamiento y me lancé sobre el coche de la madre. Ambos pensaron que estaba loca. Seguro que tendrá un gran éxito a nivel internacional".