Los jóvenes ‘pasan’ de las barras libres en las fiestas de fin de curso

  • Cada estudiante coruñés gasta una media de 30 euros.
  • Pero ahora prefieren una buena cena antes que gastarlo todo en alcohol.
El mes de junio es el de los
exámenes y también el de las fiestas de
fin de curso. Los jóvenes coruñeses se despiden a lo grande del colegio antes del verano y lo hacen mirando también el bolsillo. Por eso ‘pasan’ de las clásicas
barras libres y prefieren aprovechar la inversión para añadir
cena y baile a las copas.

«La barra libre ya pasó a la historia, ahora por el mismo precio los chavales van antes a un restaurante, reservan un paquete de copas y con lo que les sobra se van a la discoteca», como explica Héctor Cañete, presidente de los hosteleros coruñeses.

Esto es relativamente reciente. Un cambio de mentalidad, que se traduce en que, cuando antes los jóvenes se gastaban unos 30 euros por cabeza para cerrar un pub o discoteca que les diese alcohol casi sin límite, ahora pagan 15 euros por una buena cena, tres euros por dos o tres copas en un local y luego cierran la noche por libre en discotecas. El gasto final es el mismo, la diversión se multiplica.

Durante estas fechas se celebran en A Coruña entre 25 y 30 despedidas de curso, lo que convierte a junio «en el mes de las fiestas de fin de curso», como lo define Héctor Cañete, quien añade que «se suele hacer una por colegio», sobre todo en los cursos de Bachillerato.

600 euros por paquete

Son los propios estudiantes los que toman la iniciativa y organizan la fiesta, negociando directamente con los propietarios de locales.

El portavoz de los hosteleros cifra «en torno a 600 euros» lo que paga cada grupo de jóvenes coruñeses por «el paquete de copas» en este tipo de eventos, a los que acuden entre 50 y 100 personas.

Dos o tres eventos por local

Aunque hay de 25 a 30 fiestas de fin de curso a lo largo del mes de junio, de éstas no sacan provecho el mismo número de locales. El portavoz de los hosteleros, Héctor Cañete, señala que son «más bien pocos», preferentemente «discotecas, algún pub y cafeterías grandes», y en cada uno se celebran «dos o tres fiestas». La razón no es económica, sino de comodidad: son los locales de mayor capacidad.

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