Los Mossos d'Esquadra han detenido al supuesto líder de la única banda de Cataluña especializada en robar en cajeros automáticos haciéndolos explotar, después de que fue abandonado por sus compañeros a las puertas de un hospital tras herirse en una pierna en un asalto fallido en Òdena (Barcelona). Hay otro detenido y buscan a otros tres secuaces.

El jefe del área central de investigación de patrimonio de los Mossos d'Esquadra, el inspector Xavier Sànchez, ha explicado este martes en rueda de prensa que el supuesto líder del grupo, de 54 años, nacionalidad italiana y vecino de Calella (Barcelona), permanece custodiado en un hospital, después de que el juez haya ordenado su ingreso en prisión.

El jefe del grupo ya fue detenido en 2013 por liderar otra banda que asaltó una docena de cajeros automáticos haciéndolos estallar con una mezcla de gases, por lo que pasó ocho meses en prisión preventiva, de la que salió el pasado mes de febrero, a la espera de ir a juicio.

Al quedar en libertad en febrero, el acusado montó una nueva banda, con otros cuatro integrantes, que entre el 3 de abril y el 25 de mayo asaltaron seis cajeros de Barcelona y las localidades barcelonesas de L'Hospitalet de Llobregat, Òdena, Cornellà de Llobregat y Sant Cugat del Vallès -tres de ellos frustrados- en los que obtuvieron un botín de 120.000 euros.

Los Mossos, que ya tenían identificados a los miembros de la banda, detuvieron al líder la noche del 25 de mayo pasado, después de que sus compañeros le abandonaron a las puertas de un hospital al estallarle en la pierna el tubo con los explosivos que tenía a punto para reventar el cajero automático.

Tras la detención del líder, los Mossos lograron arrestar al día siguiente a otro supuesto miembro de la banda -que ya ha ingresado en prisión-, mientras que los otros tres -que no tienen capacidad para hacer explosionar cajeros, ya que quien tenía conocimientos en química para elaborarlos era el líder- han logrado huir, por lo que se ha dictado una orden de búsqueda y captura.

El intendente Xavier Porcuna, portavoz de los Mossos, ha detallado que el grupo, que se da por desarticulado, era el único especializado en Cataluña en asaltar cajeros con explosivos y tenía un piso franco en Calella, donde el líder elaboraba los explosivos a partir de productos genéricos legales y de uso cotidiano adquiridos en tiendas especializadas en química. En el registro policial, los Mossos hallaron un congelador con varios explosivos y dinero en efectivo.

Antes de su paso por la cárcel, usaba explosivos sólidos, pero dañaba los billetes y perdín buena parte del botín. El nuevo sistema consistía en depositar el explosivo gaseoso en un tubo de plástico rígido —pero con cierta flexibilidad— de la medida de un brazo, que la banda introducía en el cajero —a poder ser de los ubicados en la fachada de las entidades bancarias— a través de la ranura por la que se expiden los billetes. El tubo llevaba un detonador, del que salían unos cables eléctricos con los que finalmente se hacía estallar el cajero desde una cierta distancia.

El proceso para instalar el explosivo, hacer detonar el cajero, sacar los billetes y huir del lugar no duraba más de un minuto o un minuto y medio, según los investigadores. Además, actuaban de madrugada y elegían cajeros de calles anchas —para evitar el efecto túnel de la explosión—, iban tapados —solo se les veían los ojos—, utilizaban fuertes medidas de seguridad para evitar a la policía y huían con coches de gama alta, en algunas ocasiones robados.