La Fundación Unicaja ha clausurado este martes en el Museo Unicaja Joaquín Peinado de Ronda (Málaga) la última edición de sus talleres de arteterapia que, por quinto año consecutivo, pretenden mejorar la calidad de vida de niños y adultos con discapacidad intelectual.

Los talleres, pioneros en los museos españoles y que se han celebrado desde enero hasta mayo, han estado dirigidos a favorecer en ellos el desarrollo de su capacidad creadora y potenciar el desarrollo de su autonomía, han explicado en un comunicado desde Unicaja.

La arteterapia es una disciplina que persigue, a través de la práctica artística, la curación y la socialización de personas en situaciones vitales problemáticas. Este programa forma parte del plan educativo que se viene desarrollando en el Museo Unicaja Joaquín Peinado desde 2008, y que pretende buscar nuevas metodologías exitosas adaptadas a los diferentes niveles formativos y enfocadas a apoyar a colectivos con necesidades especiales.

La organización de estos talleres se enmarca en el interés de la fundación por el desarrollo y fomento de iniciativas sociales, educativas y culturales en general, con especial atención a aquellas actividades que impulsen la integración social y el bienestar de los colectivos con necesidades especiales.

Los talleres se centran en la propia persona con discapacidad, en su realidad, necesidades, y posibilidades, analizando los diferentes lenguajes de las artes, con sus posibilidades expresivas, comunicativas y creativas. Lo más importante se desarrolla en el mismo proceso creativo.

Por medio de la práctica artística, las personas con diferentes discapacidades tienen la oportunidad de comunicar a los demás sus sentimientos y sus necesidades de forma perceptible. Los distintos procedimientos plásticos son en sí elementos motivadores: las pinturas de dedo, los rotuladores, los lápices de colores, las ceras duras, los pinceles, los papeles de distinto tipo en los collages, el barro, etcétera.

Dos grupos

Los talleres se han dividido en dos grupos: uno para niños y adultos con discapacidad intelectual, y otro para padres y menores con discapacidad intelectual. En el primero se ha desarrollado un proyecto sobre los cinco sentidos, cuyos objetivos generales han sido estimular y ampliar la capacidad perceptiva y cognitiva; favorecer la capacidad verbal y no verbal; desarrollar la sensibilidad emocional y favorecer la expresión personal.

En el segundo grupo se han trabajado las emociones, la creatividad, los colores, las partes del cuerpo y los continentes. Este proyecto, después de iniciarse el año pasado como una iniciativa pionera en España, está destinado a compartir en un mismo espacio a niños con Trastorno General del Desarrollo junto a familiares o tutores que los acompañen.

La idea básica es que todos en el taller son iguales, no hay diferenciación ni por edad ni por sexo ni por habilidades. Los niños se regocijan de ver a sus padres jugando y disfrutando, y los progenitores tienen la oportunidad de relajarse de su función para poder disfrutar de sus hijos y reconocerlos desde otro enfoque, siendo niños a la vez.