Una pareja cumplirá año y medio de cárcel por tener trabajando sin dar de alta y a comisión a 20 peluqueros en Alicante

La sección décima de la Audiencia de Alicante ha impuesto un año y medio de cárcel y una multa de 1.080 euros a cada uno de los miembros de una pareja propietaria de una cadena de peluquerías en la provincia por tener trabajando sin dar de alta en la Seguridad Social y sin contrato a veinte trabajadores que, en la mayoría de los casos, cobraban a comisión por trabajo realizado.

La sección décima de la Audiencia de Alicante ha impuesto un año y medio de cárcel y una multa de 1.080 euros a cada uno de los miembros de una pareja propietaria de una cadena de peluquerías en la provincia por tener trabajando sin dar de alta en la Seguridad Social y sin contrato a veinte trabajadores que, en la mayoría de los casos, cobraban a comisión por trabajo realizado.

La pareja, un hombre de nacionalidad paquistaní, y una mujer de origen lituano, confesaron los hechos y admitieron ser responsables de los delitos contra los derechos de los trabajadores de los que eran acusados. En este caso, la Audiencia, tras el juicio por conformidad que concluyó con la admisión del delito, ha dictado sentencia de acuerdo con la calificación aceptada por las partes, al ser una pena de "carácter correccional" pedida por la acusación y ser la correspondiente con la calificación de los hechos.

En la vista, se declaró probado que la pareja regentaban desde 2011 un negocio denominado 'Unisex' con hasta seis peluquerías, cinco de ellas en Alicante y otra en Sant Vicent del Raspeig, un negocio que explotaban de forma conjunta y con "pleno conocimiento" de las actividades recíprocas. El primero de ellos se encargaba de gestionar las condiciones laborales de los trabajadores y de pagar los salarios y la mujer de buscar y contratar a los trabajadores y pagar alquileres e impuestos.

Para llevar el negocio, los acusados disponían de 20 trabajadores, 12 de ellos peluqueras de nacionalidad española y, el resto, ocho varones paquistaníes que se habían introducido ilegalmente en España por varios procedimientos y que carecían de permisos de estancia y trabajo en el país, una circunstancia que a pareja conocía "perfectamente". Algunos de ellos convivían en su domicilio.

Los 20 trabajadores realizaban actividades laborales en distintos horarios, incluidos a veces los sábados y domingos, a veces con sueldo fijo pero en la mayor parte de las ocasiones, especialmente las peluqueras, sin sueldo y a porcentaje —el 40 por ciento de lo facturado cada una de ellas—, que carecían de contratos laborales sin estar dados de alta en la Seguridad Social. En todos los casos, ninguno de ellos había recibido formación alguna en riesgos laborales.

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