Tras visitar España en 2014 para presentar El valle del asombro, Amy Tan regresó a Madrid como estrella de la Noche de los Libros, una invitación por la que se siente "honrada", en un país donde siente que los lectores "son más leales" a los escritores.

"En España los lectores son más leales. Si encuentran a un autor o una autora que les gusta, continúan leyendo sus libros, mientras que en Estados Unidos son más variables", cuenta Tan.

Amy Tan, nacida en Oakland (California) en 1952 de un matrimonio chino emigrado a Estados Unidos, reconoce en este sentido que al abordar en sus libros temas como "la familia, las generaciones, los secretos o las pasiones" sus libros "encajan con la gente de España y su literatura".

"Mi gran amiga Isabel Allende también funciona muy bien aquí y quizá sea porque los libros traten emociones de su propia vida, como pasa en los míos", afirma, aunque rápidamente pone de relieve que "es mejor desconocer las razones" por las que sus lectores le son fieles, ya que de lo contrario "sería muy peligroso".

En la actualidad, Tan está inmersa en la elaboración de dos libros, una compilación de ensayos sobre escritura y una novela cuyo nombre cuenta que será La memoria del deseo.

"Es un libro que soñé -describe-. Sabía que quería escribir algo en relación con el deseo, no sólo con el amor, sino también con esa parte de en qué queremos convertirnos, de la herencia que llevamos dentro. Este fin de año soñé el libro entero, la trama, los personajes, el libro completo".

Pero en estos sueños no se ha visto a ella misma, por lo que no podremos esperar una obra en la que relate parte de su vida, como hizo con su última novela, El valle del asombro (2013).

"En este caso, el personaje está confundido y narra lo que ve sobre dos familias, hasta que se da cuenta de que el problema es él mismo. Es difícil hablar de esto, sólo se lo he contado a mi editor en Estados Unidos", expresa.

Respecto a su actividad creativa, la escritora reconoce que sus libros la hacen "más plena", ya que al escribirlos no sólo se "entiende más" a sí misma, sino que ve "otras dimensiones" para contestar preguntas que se planteaba en el pasado.

Quizá por esto, y después de que su nombre saltara a la fama en 1989 con El club de la buena estrella, Tan no se plantea dejar de escribir.

"Antes pensaba que había una Amy Tan pública y una privada, pero con los años he conseguido estar más cómoda conmigo misma, me siento más natural al expresarme, me siento más yo", concreta.