Tensa espera tras dejar la prostitución

Las ayudas personalizadas PEI varían en cada caso según las circunstancias de las familias más necesitadas.
Pagas de emergencias con atraso. María P. (nombre ficticio) tiene 21 años y desea mantenerse en el anonimato. Tiene un hijo y tres hermanos a su cargo. Para sacarlos adelante se vio abocada, durante un tiempo, a ejercer la prostitución. Hace unos meses encontró otro trabajo por el que cobra un sueldo de 400 euros. Lo justo para pagar el alquiler.

Hace dos meses, y tras recurrir a los servicios sociales del Ayuntamiento varias veces, se le concedió una ayuda de emergencia o Prestación  Económica Individualizada (PEI) de 300 euros mensuales con los que asumir los gastos mínimos de manutención de su familia.

El día 10 del mes pasado recibía la primera mensualidad, una aportación que le permitía comenzar una nueva vida y normalizar, tras grandes sacrificios, tanto su vida como la de su familia, fuera ya de la prostitución.

Pero en el mes de mayo le aguardaba una desagradable sorpresa. «Aquí llegó mi desconsuelo, este mes yo ya he pagado mi casa pensando que el día 10 cobraría esta ayuda, pero cuál fue mi sorpresa cuando fui al banco y no había nada..., me informé  por mi asistente social, y ¿sabéis qué respuesta me han dado? Servicios Sociales da unas nóminas a Tesorería donde hay un buen hombre que las firma para ser cobradas por nosotros, pero este señor se ha jubilado y no hay quién las firme».

María P., de nuevo, se encuentra desamparada. Y se pregunta: «¿por qué tardaron tanto en ofrecerme esta ayuda? ¿Por qué después de tanto sacrificio nos tenemos que morir de hambre hasta que alguien firme un papel? ¿A esto llaman emergencia?».

Las PEI son ayudas económicas dirigidas a remediar una situación gravemente deteriorada. ¿Hay alguna poderosa razón para qué existan los retrasos? ¿Alguien se pregunta cómo afectan a los beneficiarios?

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