El padre del acusado de matar a un senegalés en Sant Adrià de Besòs (Barcelona) en enero de 2012 ha exculpado del crimen a su hijo mayor y ha declarado este miércoles en juicio que fue él mismo quien disparó "por accidente" en el forcejeo, durante una pelea entre miembros de esta familia gitana y varios jóvenes subsaharianos.

"Soy culpable de que el fallecido haya muerto", ha asegurado Antonio F.P. durante su interrogatorio en la vista que se celebra en la Audiencia de Barcelona con jurado popular, y ha añadido que su hijo mayor, Antonio F.G., no estaba en ese momento en el lugar de los hechos —calle Palerm—, sino que acudió después de los incidentes.

Los dos se enfrentan a 20 años de cárcel porque la tesis de la fiscal es diferente: considera que el hijo siguió las órdenes de su padre cuando presuntamente fue a por la pistola y acabó con la vida de la víctima, de 32 años, tras una pelea que se originó porque los senegaleses estaban jugando al fútbol en la calle.

El padre he negado que incitase a su hijo mayor a disparar y ha asegurado que la pistola, que ha reconocido de su propiedad y sin licencia, no la portó el primogénito sino otro de sus vástagos, Salvador F.G., y lo hizo porque "cogen miedo cuando ven a muchos negros"; según él es éste quien hizo un primer disparo al aire.

Luego fue cuando, según su versión, se produjo el disparo que acabó con la vida del senegalés: "Estamos luchando para que no nos quiten la pistola", con lo que ha sostenido que el arma se disparó por accidente durante la refriega. Antonio F.P. ha negado en juicio que su intención sea encubrir a su hijo y achaca la acusación sobre su vástago en que su primogénito "es un ladrón y los Mossos le tienen mucha manía".

Su hijo mayor ha corroborado la versión del padre y ha alegado que cuando se produjeron los hechos él estaba echando una bonoloto, con lo que acudió solo después de que su mujer le llamase y le contase lo que estaba pasando: "Soy inocente y vengo a demostrar mi inocencia", ha insistido.

Según la cronología de los hechos que relata la fiscal, Antonio F. P. había recriminado a los senegaleses que jugasen en la calle y les insultó: "Hijos de puta, negros de mierda, iros a vuestro país", les dijo. Pero, como se negaron, llamó a sus hijos Salvador F.G. y Rafael F.G., que acudieron, presuntamente con un bastón el primero y un cuchillo el segundo, comenzando así la pelea.

Luego llegó Antonio F.G., al que su padre incitó a acabar con la vida de los senegaleses: "Estos negros que me han faltado el respeto, hay que matarlos a todos", siempre según la versión de la Fiscalía.

Este miércoles en juicio Salvador F.G. se ha negado a declarar, mientras su hermano pequeño, Rafael F.G., ha admitido que bajó a la calle porque su padre le llamó pero ha negado que lo hiciese con un cuchillo. El primero está acusado de una falta de lesiones por una presunta agresión con bastón y el segundo se enfrenta a dos años de cárcel por supuestamente amenazar a los senegaleses con un cuchillo.

El juicio está previsto que continúe este jueves con la declaración de una docena de testigos, de este caso que a principios de 2012 provocó momentos de tensión entre las dos comunidades, que obligaron a colectivos de gitanos y senegaleses a trabajar para apaciguar los ánimos.