«En Tanzania, me pidieron un colegio y no dinero»

Isabel Quintanilla no pertenece a ninguna asociación ni ONG. Simplemente lidera un grupo de amigos que se dedican a ayudar allí donde más lo necesitan. Su última hazaña: levantar un colegio de secundaria en Maasai, una zona del norte de Tanzania.
¿Cómo surgió el proyecto?

Voy mucho allí por motivos laborales de mi marido. En uno de los viajes, en 2005, me sorprendió que un nativo, en lugar de pedirnos dinero, nos pidió una escuela.
¿A qué achaca esa petición?

La gente de Maasai se dedica sobre todo a la ganadería, pero creo que comprendieron que la educación es la base para garantizar el futuro de sus hijos.
¿Cómo lo financiaron?

Invité a cenar aquí en Valencia a amigos de toda España con un nivel económico alto, les expliqué el proyecto y cada uno aportó lo que pudo. En total, ha costado 80.000 euros.
¿A cuántos niños acoge?

El colegio es de secundaria y tiene cuatro aulas para 40 niños cada una.
¿Con qué instalaciones cuenta el centro?

Tiene comedor y estamos haciendo un internado con habitaciones para los profesores y alumnos. Algunos vienen de poblados a 200 kilómetros del colegio. También queremos poner placas solares para que puedan ver la tele, estudiar de noche o tener una nevera, pero para todo esto necesito otros 20.000 euros.
¿El Gobierno colabora?

Sí, y mucho. Ellos ponen los uniformes de los niños y los cuatro profesores.
¿Y el material?

Llevamos 70 kilos donados por colaboradores. Los libros los compramos allí.

¿Cómo se llama el colegio?

Quisieron ponerle mi nombre: Isabela Secondary School y se inauguró el 7 de marzo.
Bio

Nació en Valencia en el año 1950. Estudió Magisterio e Idiomas y, después, comenzó su carrera como escritora y periodista.
Mostrar comentarios

Códigos Descuento