Cuántas veces, mientras ve una película en el cine, el espectador se da cuenta de que la película no le gusta. Pues bien, la cadena de cines franceses C2L, desde el pasado 1 de abril, devuelve el importe de la entrada a los espectadores insatisfechos.

Para que los cinéfilos desencantados puedan optar al reembolso, eso sí, tienen que dejar la sala antes de que se cumpla la primera media hora de proyección, incluidos los tráilers.

Marc Landry, director de márketing de C2L, que tiene 50 salas en Francia, explica la medida como una manera de "tranquilizar al espectador". "Cuando abres una novela, sabes muy bien si te va a gustar o no en las dos o tres primeras páginas. Con una película es parecido. Sabes en los primeros 15 minutos si te va a gustar o no".

El problema es que la medida no gusta a algunos actores del negocio del cine. Según el diario Le Figaro, los distribuidores (que se quedan entre un cuarto o la mitad del precio de la entrada) ya han mostrado su inquietud con la medida. Y un estudio estadounidense ha consultado a sus servicios jurídicos por si la medida triunfa.