Sonia Delaunay, la vanguardista que se lanzó a pintar a partir de un 'quilt' para la cuna de su hijo

  • Figura clave de la vanguardia parisina de principios del siglo XX, Sonia Delaunay (1885-1979) fue una constante experimentadora del color y la forma.
  • Empezó a pintar tras despertar admiración entre sus amistades con un 'quilt' de estilo ruso con retales de ropa para la cuna de su primer hijo.
  • Amiga de Apollinaire, Cendrars, Kandinsky y Chagall, una retrospectiva en la Tate reúne la obra de una de las artistas que mejor reflejaron el frenesí moderno.
Sonya Delaunay pintaba formas concéntricas y geométricas con vibrantes colores
Sonya Delaunay pintaba formas concéntricas y geométricas con vibrantes colores
Musée National d’Art Moderne, Paris (RMN) © Pracusa 2014083
Sonya Delaunay pintaba formas concéntricas y geométricas con vibrantes colores

De los cuadros de Sonia Delaunay (1885-1979) —y también de los textiles y objetos que diseñó o intervino (entre ellos un automóvil deportivo Matra 530)— brota un dinamismo vibrante que refleja el frenesí, la alegría y el alto contraste de la vida moderna y su velocidad. La artista, una figura clave de la vanguardia parisina de principios del siglo XX, no figura casi nunca en las enumeraciones de los creadores clave de la época. Es una injusticia.

Una exposición en la Tate Modern de Londres, titulada simplemente Sonia Delaunay, presenta con ánimo retrospectivo y por primera vez en el Reino Unido la variada obra de una artista total que durante sesenta años pintó cuadros, diseñó paraguas, zapatos, sombreros y bufandas con el mismo fervor rupturista. La muestra estará en cartel entre el 15 de abril y el 9 de agosto.

Veranos en Finlandia y viajes por museos europeos

Sarah Ilinitchna Stern, su nombre de nacimiento, vino al mundo en Ucrania, entonces parte del Imperio Ruso. Por vía materna la familia de origen judío tenía medios suficientes como para permitirse veraneos en Finlandia y largos viajes por Europa para visitar museos y galerías. Cuando tenía 18 años y tras la secundaria, la muchacha —que ya había cambiado su nombre por el de Sonia— fue enviada a estudiar Arte a Alemania.

Como las clases académicas le parecían aburridas y distanciadas del mundo, en 1905 tomó un tren hacia París sin permiso de la familia. Quería estar donde el arte estaba en la vida y no en un libr0 de texto. Para buscar protección y alejarse de las presiones familiares, encaminadas a alejarla del arte y convertirla en una dama de sociedad, se casó con un galerista homosexual del que era muy amiga, Wilhem Unde.

'Un poeta que escribe con colores'

Uno de los asiduos a los salones de este era el artista Robert Delaunay, una de las jóvenes figuras con mayor carisma del ambiente parisino. Sonia y Robert se enamoraron locamente ("es un poeta, un poeta que escribe con colores", decía ella) y, una vez tramitado el divorcio del marido de conveniencia, se casaron en 1910.

El nacimiento del primer hijo de la pareja al año siguiente tuvo una importancia capital. Sonia decidió hacer para la cuna del crío un cobertor con la técnica del quilt —en español, almazuela: la confección de una pieza textil uniendo fragmentos de telas de procedencia diversa—. Quería que tuviese elementos del arte popular ruso, de vibrantes colores y formas muy distintas. La pieza, que se exhibe en la Tate, dejó boquiabiertos a los amigos del matrimonio, que insistieron para que Sonia empezara a pintar en serio para soltar la creatividad que llevaba dentro.

Sesenta años de producción artística

Con ese empuje, el apoyo incondicional del marido y la inspiración y ánimos del círculo de vanguardistas frecuentado por la pareja —entre ellos los escritores Guillaume Apollinaire y Blaise Cendrars —para el que diseñó cubiertas de libros— y los artistas Kandinsky y Chagall—, Sonia dejó de lado los paisajes en acuarela y las imitaciones de Gauguin que había pintado como diversión hasta entonces y exploró caminos nuevos.

Durante los siguientes sesenta años produjo cuadros y objetos decorativos y textiles que combinan la abstracción formal geométrica con los colores intensos en metáforas visuales y dinámicas sobre el mundo moderno y de profundos contrastes que se avecinaba.

En la retrospectiva londinense se exponen un grupo de obras del simultaneísmo, como los Delaunay llamaron a su estilo por la impronta de combinar al mismo tiempo elementos figurativos con abstracciones, un movimiento que, dicen los organizadores de la muestra, expresaba mediante formas prismáticas y tonalidades arrebatadas "el nacimiento del alumbrado eléctrico y el entusiasmo de los salones de baile" de la capital francesa en los primeros años del siglo pasado.

'Mujer progresista' y 'sinónimo de modernidad'

También se exponen lonas, tapices, mosaicos y textiles, entre ellos un abrigo de diseño radical inspirado en el patchwork que realizó expresamente para la gran diva del cine mudo Gloria Swanson. La retrospectiva mostrará que la artista "dedicó su vida a experimentar con el color y la abstracción" desde la sensibilidad de "una mujer progresista" cuyo nombre fue "sinónimo de modernidad".

Cuando la pareja se refugió en Madrid para alejarse de la I Guerra Mundial, Delaunay abrió una boutique en la vendía, según anunciaba, "poesía sobre tela". La estancia en España la llevó a interesarse por el flamenco, a cuyo sentimiento dedicó el óleo Flamenco Singers (1915), donde los cantaores se funden con un fondo de círculos concéntricos.

Figura inspiradora

Tras la muerte de su marido en 1941, la obra de Sonia Delaunay adquirió más libertad formal, incluyendo composiciones rítmicas en formas angulares y colores arlequinados que inspiraron tapices geométricos, alfombras y mosaicos. La prolífica artista continuó experimentando con la abstracción en los años posteriores a la II Guerra Mundial, llegando a ser una referencia y figura inspiradora para nuevas generaciones de artistas que abrazaron las posibilidades expansivas de los estilos no realistas.

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