El Ayuntamiento de Zaragoza centra los servicios municipales en prevenir daños en las zonas que quedaron más afectadas por la anterior crecida del Ebro, tanto en los barrios rurales como en los distritos del casco urbano de la ciudad.

La anterior avenida del Ebro, de carácter extraordinario tuvo lugar el pasado 1 de marzo cuando el río, con un caudal de 2.610 metros cúbicos por segundo, alcanzó una altura de 6,10 metros. La crecida ordinaria de esta semana se espera para este jueves con unos aportes de unos 1.900 metros cúbicos por segundo.

El vicealcalde de Zaragoza, Fernando Gimeno, ha explicado que "al margen de las previsiones y las indicaciones" de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) "tenemos previstas determinadas actuaciones dados los antecedentes".

Zonas más sensibles

En declaraciones a los medios de comunicación, Gimeno ha puntualizado que las medidas se han adoptado "por si acaso"" y ha apostillado que "estamos más preocupados" por Alfocea, cuyos vecinos quedaron aislados y tuvieron que acceder detallado que acceder a esa barrio rural en lanchas y posteriormente en camiones.

Respecto a un posible desalojo de la residencia de personas mayores de Monzalbarba, Gimeno ha señalado que es "competencia del Gobierno de Aragón".

Otro de los focos donde el Ayuntamiento ha centrado la atención es el tramo del tercer cinturón en la zona de Vadorrey que se tuvo que cortar al tráfico a principios de mes y también el Parque del Agua, que quedó anegado por la crecida extraordinaria aunque está planificado para que sea inundable.

El vicealcalde ha incidido en que "desde el Ayuntamiento nos adelantamos a las previsiones de la CHE para procurar que los daños sean más limitados".