La Guardia Civil ha desarticulado una banda dedicada al robo en el interior de viviendas y a cuyos miembros se les ha podido relacionar con 12 robos con fuerza en viviendas habitadas cometidos en las provincias de Salamanca, Madrid y Cuenca.

Según un comunicado de la Guardia Civil de Salamanca, ha habido dos detenidos y otros dos imputados —de nacionalidad colombiana, ecuatoriana y española, M.J.B.M de 35 años; J.I.Z.A., de 49; N.R.L., de 17; y N.R.S.D., de 38 años—, que vivían en Madrid y en el municipio madrileño de Campo Real, además de recuperarse efectos procedentes de robos y parte del dinero que obtenían con la venta de joyas sustraídas.

La operación bautizada con el nombre de 'Mirilla', ha tenido su origen el pasado año, cuando la Guardia Civil detectó que un grupo de delincuentes robaban viviendas habitadas durante las mañanas, aprovechando que los moradores se encontraban trabajando o realizando la compra.

Esta banda actuó, sobre todo, en las localidades salmantinas de Peñaranda de Bracamonte, Santa Marta de Tormes y Carbajosa de la Sagrada.

Además, la forma de actuar de esta banda la diferenciaba de otros atracadores, ya que elegían pisos ubicados en la última planta de los edificios, cuyos dueños estaban fuera, y actuaban en horario de mañana, tras comprobar que no había nadie en el interior de las viviendas.

Para cerciorarse de que no estaban sus propietarios, los miembros de la banda desarticulada llamaban al timbre y quitaban la mirilla de la puerta, para forzar, después, la cerradura y acceder al interior del piso, donde se apoderaban de televisiones de pequeño tamaño, videoconsolas, juegos, ordenadores portátiles, joyas y dinero.

Tras varios meses de investigación se identificó a los miembros de la banda, que estaba compuesta por dos escalones diferentes: el que planificaba y perpetraba los robos y el que daba apoyo para los atracos y vendía los efectos, sobre todo en tiendas de compra-venta de oro del centro de Madrid.

Así, las detenciones se han producido los días 19 y 20 de marzo en sus domicilios de Madrid y Campo Real (Madrid), donde se han recuperado una gran cantidad de efectos provenientes de los robos, así como dinero.