Los robos en el campo, en explotaciones agrícolas y ganaderas, bajaron el año pasado un 12% respecto a 2013. Es el primer descenso desde el año 2003. Aun así, 2014 cerró con 21.153 robos, una media de 58 diarios, por encima de los 56 robos diarios que hubo en 2011 o los 42 diarios que hubo en 2010, los años más castigados por la crisis. La implantación de los Equipos ROCA de la Guardia Civil (en su demarcación se cometieron el 94% de los robos), destinados específicamente a combatir este tipo de delito, y las medidas de seguridad y prevención puestas en marcha por los propios agricultores y ganaderos, están detrás del éxito de esta disminución. No obstante, todavía hay zonas especialmente castigadas, donde los robos, lejos de bajar, han subido. Se trata de Jaén, Badajoz, Cantabria, Huesca, Ourense y Palencia.

¿Lo que más se roba? Depende de la zona, pero sobre todo maquinaria agrícola, gasóleo, fertilizantes y canalizaciones de agua, la de los riegos de los cultivos, hechos sobre todo de cobre, un metal muy apreciado por los ladrones. También las cosechas: cítricos en el Levante, y aceitunas y uva en Jaén y Badajoz, tres de las provincias más perjudicadas. Y en menor medida ganado, más difícil de transportar, aunque se siguen dando casos. También se dan casos de hurtos de colmenas. El 70% de los ladrones son españoles, según la Guardia Civil, y entre los extranjeros detenidos predominan los ciudadanos rumanos. Grupos organizados hay pocos, ya que generalmente se trata de personas que conocen la zona, lo que tienen que robar y cuándo. Solo se esclarecen el 15,8% de los robos (ver tabla).

Los robos en el campo se dispararon en el año 2010. Más de 15.000 delitos, lo que supuso un 22% más que en 2009. El año 2011 cerró con más de 20.700 robos, un 32% más que en 2010. Consciente de que había un problema, la Guardia Civil puso en marcha en abril de 2011 un plan para intentar atajarlo, "pero no obtuvo los resultados esperados", reconocen en el Cuerpo. En 2012 los robos volvieron a crecer, aunque un poco menos, un 14%. En 2013 la Benemérita lanzó los equipos ROCA, destinados a combatir sobre el terreno los robos en explotaciones agrícolas y ganaderas, que con las estadísticas en la mano están dando los primeros resultados.

En 2013 este tipo de delitos solo creció un 3%, para reducirse un 12% en 2014, el primer descenso desde el año 2003. Actualmente hay 97 equipos (380 agentes) distribuidos en 47 comandancias, que no cubren País Vasco y Cataluña. De los 21.153 robos cometidos en 2014, unos 19.900 corresponden a zonas protegidas por la Benemérita. En el País Vasco, la Ertzaintza contabilizó 146 robos. Y en Navarra, donde también actúa la Policía Foral, se registraron 356.

Miguel Blanco, presidente de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), está convencido de que los equipos ROCA han ayudado a reducir los delitos, pero cree que es necesario incidir aún más en los compradores de material usado y de segunda mano, como las chatarrerías, los destinatarios de mucho del material sustraído. "Ahora empieza la temporada de riego, y los materiales de cobre, como las canalizaciones de riego, son objeto de deseo por los ladrones. Por eso es igual de importante actuar sobre el comprador". Desde COAG señalan que es "difícil poner puertas al campo", aunque los agricultores y ganaderos se han concienciado y han protegido mejor sus instalaciones dentro de sus posibilidades.

Esta es otra de las claves del descenso de los robos. Los propios afectados también los previenen siguiendo las instrucciones que los Equipos ROCA les han dado en 1.800 reuniones informativas y 7.000 contactos particulares. Consejos tan básicos como inventariar sus productos y bienes, avisar ante la presencia de coches sospechosos, facilitarles los trámites de la denuncia. Desde que se pusieron en marcha los ROCA, después del verano de 2013, hasta el cierre de 2014, los agentes han detenido a 2.700 personas y han imputado a otras 1.950. Más de 4.600 personas, cuando en 2011 hubo 1.170 entre detenidos e imputados y en 2012 unos 1.900.

La Guardia Civil asegura que entiende las quejas de los agricultores, y conoce la relación entre los robos en el campo y los puntos de venta de ese material robado. Por eso, en los dos últimos años (2013 y 2014), sus agentes han inspeccionado en toda España 800 chatarrerías. "Ahora, la mayor parte de estos locales sólo comercializan metales de procedencia legal", explica un portavoz del Cuerpo. En cuanto al cobre, el robo de este material está estrechamente relacionado con los robos en las explotaciones agrícolas. "En 2014 se produjeron 11.141 ilícitos relacionados con esta tipología delictiva, un 22,8% menos que en 2013".

Juan José Álvarez, director de Relaciones Institucionales de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), cree que la reducción de los robos ha sido baja hasta el momento, y asegura que es vital que entre en vigor la nueva reforma del Código Penal que se está tramitando, que incluye un endurecimiento de las penas por los robos en el campo. La reforma permite cuantificar lo sustraído con vistas a un juicio, se tendrán en cuenta los daños colaterales, los costes y el tiempo de reparación, o los perjuicios por la interrupción de las labores del campo. La multirreincidencia será un agravante.

Por provincias, Valencia es la zona más castigada, con 6 robos diarios. La Guardia Civil destinó allí siete equipos ROCA, que han conseguido reducir los delitos un 4,8%. ASAJA explica que es una zona con muchos minifundios y explotaciones, casi 7.000, donde se cultivan muchos cítricos, melocotones, uvas, ciruelas, albaricoques... "pero no solo se roban las cosechas, también todo lo que tiene metal, como los contadores eléctricos y las canalizaciones de riego. Muchos agricultores están sustituyendo el cobre por el plástico". Andalucía, las dos Castillas, la Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón se llevan la palma, aunque en todas estas comunidades se han conseguido reducir los robos menos en Extremadura.

A pesar de la mejora de la situación, tanto las asociaciones de agricultores y ganaderos como la Guardia Civil destacan que sigue habiendo zonas 'calientes' donde los robos lejos de bajar están subiendo. Son las provincias de Jaén, Palencia, Badajoz, Ourense y Huesca, además de la comunidad cántabra. Huesca lidera el ranking: un 24,7% de subida. José Manuel Penella, de COAG-Aragón, explica que la provincia tiene muchas instalaciones ganaderas alejadas de poblaciones, lo que hace difícil su vigilancia. "Son granjas de cerdos, y los ladrones roban el gasóleo y los equipos electrógenos que las mantienen. Sin olvidar que en los dos últimos años la almendra ha estado muy cara y se han robado muchas cosechas". En Badajoz, por ejemplo, los agricultores reconocen que tienen un problema con el rebusco (el excedente de la cosecha), "sobre todo con la aceituna y la uva. Y las colmenas, es una zona muy apicultora", explica Juan Moreno, de COAG Badajoz. La Guardia Civil reconoce que hay muchos ladrones que proceden de Portugal, que roban las cosechas para venderlas en mercadillos portugueses. En 2014 la Benemérita detuvo en esta provincia a 70 personas e imputó a otras 125. El robo de colmenas no solo se produce en Badajoz, también en Cáceres y otras provincias como Salamanca y Huelva.

En Jaén, Juan Luis Ávila, de COAG, señala que la alta tasa de paro (por encima del 30%) provoca que los robos de aceitunas estén a la orden del día. Los delitos han subido un 15,7%. Solo en la provincia hay 600.000 héctareas de olivar. "Las comunidades de regantes están sufriendo mucho. Hay gente que ha tenido más de un robo al año, sobre todo por el cobre de sus canalizaciones de agua. Las compañías de seguros no están dejando de asegurar". Juan Luis Ávila afirma que él mismo ha sufrido el robo del cuadro eléctrico del motor que genera el riego de sus 1.500 hectáreas de olivar: 45.000 euros de pérdidas. "Es necesaria una mayor vigilancia también en los desguaces para que se controle la procedencia del cobre que entra y que se asegure que no es robado". El cobre se paga en el mercado negro a unos cinco euros el kilo. Otra provincia muy castigada por el robo de aceitunas es Córdoba.

Aunque en Cantabria los delitos han subido casi un 10%, cuantitativamente son escasos, solo 118 robos. "No hay una gran alarma en la región, aunque se ha notado una pequeña evolución en el robo de ganado y dentro de las naves industriales", explica Gaspar Anavitarte, de COAG. "A mí me robaron el año pasado un novillo joven. El ganado es difícil de transportar, luego intuimos que son gente de la zona que lo quiere para consumo propio. A un vecino le robaron la segadora". Es una zona donde el 90% del ganado es vacuno. "También se roba en menor medida tomates, manzanas, nueces, las cosechas de pequeños huertos familiares".

Aunque el gran robo de ganado investigado por la Guardia Civil el año pasado se produjo en la comarca de La Serena, en Badajoz. Cinco detenidos que habían sustraído medio millar de ovejas en siete explotaciones ganaderas. Los arrestados tenían un matadero clandestino. David Tejerina, de COAG Palencia, explica que los robos han crecido en su provincia porque hay mucha despoblación y poca vigilancia. "Los ladrones actúan de noche sabiendo que es muy difícil que alguien les vea. Hace poco robaron aperos de labranza en Villalumbroso, donde solo viven tres familias. También se roba gasóleo y transformadores eléctricos".

Aunque los robos en Castilla-La Mancha han bajado un 15,7%, los agricultores también denuncian que es una de las comunidades más castigadas. La Guardia Civil realizó el año pasado cuatro grandes operaciones, 'Cupra' (Guadalajara), 'Aspersión' (Cuenca), 'Albalaya' (Albacete) y 'Swimmingpool' (Ciudad Real), que desarticularon grupos organizados que robaban en esas provincias. Hubo 30 detenidos. Una quinta operación, 'Trueque', actuó contra los establecimientos de compraventa de artículos de segunda mano y chatarrerías que se dedicaban a comprar lo robado. Hubo 11 detenidos en Toledo.