El pasado mes de febrero Antonia San Juan informaba por sorpresa de que abandonaba su papel de Berta en la serie Gym Tony, privando a la ficción de Cuatro de uno de sus personajes principales. Del caos inicial se pasó a buscar una solución. "Nos planteamos desde sustituirla directamente por otra actriz, que se llamaría igual, a matarla. Pero la muerte en una comedia queda un poco macarra", explica el director de la producción, Javier Veiga. Al final se optó por una opción intermedia: la actriz Carmen Ruiz, con una demostrada experiencia en sitcoms, interpretará a la hija de Berta en la próxima temporada, ocupando el puesto de recepcionista de su madre y heredando su peso y confianza.

Los finales abiertos para las tramas protagonizadas por actores que se van de la serie son los favoritos de Mediaset. "De esta manera, la puerta queda abierta para poder justificar su posible regreso sin tener que recurrir a giros rebuscados en la historia  o soluciones poco verosímiles", explican fuentes del grupo.

La marcha de un protagonista es un percance relativamente habitual en series de larga duración como El secreto de Puente Viejo (Antena 3), que la pasada semana asesinó a Conrado después de que el actor que lo interpretaba, Rubén Serrano, anunciara nuevos proyectos personales y profesionales.

"Tratamos de favorecer la salida del personaje con un momento de lucimiento. Muchos llevan mucho tiempo con nosotros", explica Josep Cister, director de contenidos de ficción de Boomerang TV, la productora de la serie. Para Cister, una muerte "aporta un toque dramático y catapulta todas las tramas, proporcionando al resto de personajes nuevo material con el que trabajar". Así fue también con la muerte en el pasado de Pepa (Megan Montaner), que disparó los índices de audiencia de la serie en 2012.  Aunque no siempre el fallecimiento es la solución a la que se recurre: "María y Gonzalo habían sufrido tanto que se merecían un final feliz. Superaron todos los obstáculos y se fueron juntos a Cuba", añade Cister, que alaba la "imaginación" del equipo de guionistas, capitaneado por Aurora Guerrero.

La mayoría de los expertos, entre ellos Javier Veiga, apuntan que resolver estos imprevistos en comedia  es más sencillo que en un contenido dramático, ya que la primera permite barajar múltiples posibilidades, incluso las más disparatadas. Mítico fue el caso de la serie de los noventa Hermanos de leche (Antena 3), protagonizada inicialmente por José Coronado (Chus) y Juan Echanove (Juan). Para cubrir la ausencia del segundo en la última temporada, se contrató a El Gran Wyoming, que debía encarnar su mismo papel. La trama justificó las diferencias físicas de uno y otro relatando que Juan se había sometido a una operación de reconstrucción facial tras sufrir un accidente de coche.

Asimismo, el genio de la lámpara de la serie ¡Ala... Dina!, interpretado por Paz Padilla, se transformó de un día para otro en Miriam Díaz-Aroca por arte de magia.

También son memorables el encarcelamiento de Carmen Machi y su huida posterior a Cuba para escapar del personaje de Aída, o el viaje sin regreso de su hija Lorena (Ana María Polvorosa) a Miami, encandilada por Carlos Baute. Más allá, la trifulca y caída de Paloma (Loles León) que le originó un coma reversible en Aquí no hay quien viva, o la supuesta escapada al reality Supervivientes de Javier Cámara, cuando aún encarnaba a Paco en 7 vidas.

En los casos internacionales, tal vez el más recordado sea el de Charlie Sheen, que tras su despido fulminante de la serie Dos hombres y medio, fue arrollado oportunamente por un tren.

El síndrome Darrin (cuando un actor es remplazado por otro, que realiza su mismo papel)  ha permitido que Sir Gregor Clegane, de Juego de Tronos, haya cambiado de rostro hasta en tres ocasiones diferentes. En la ficción española, Inés, la hija de los Alcántara de Cuéntame, lo ha hecho en dos (fue encarnada por Irene Visedo, ocasionalmente por Marieta Orozco y actualmente por Pilar Punzano).