Ha transcurrido un año desde que Pere Navarro asumió la direcciónde Tráfico y se puso como prioridad absoluta rebajar el número deaccidentes, objetivo que le ha llevado a lanzar una batería de medidas.Es difícil, sin embargo, hablar hoy por hoy de una reducción de lamortalidad en carretera.

Si bien 2004 se cerró como el mejor ejercicio en 25 años, debido,según los expertos, a la entrada en vigor de diversas reformaslegislativas (nuevo Código de Circulación, reforma del CódigoPenal...), en febrero fallecieron 70 personas en cinco días y en SemanaSanta aumentaron las víctimas respecto a 2004.

Ni Antonio Lucas, coordinador de seguridad vial del RACE, ni MarioArnaldo, presidente de Automovislitas Europeos Asociados (AEA),observan que haya una tendencia continuada a la baja, mucho másimportante que el dato de la siniestralidad acumulada (ha caído un 2%en lo que va de año, según dijo el presidente Rodríguez Zapatero en eldebate sobre el estado de la nación)

Lucas y Arnaldo atribuyen a diferentes causas la escasa repercusión de las últimas actuaciones de Tráfico:

Divulgación: Las campañas son demasiado genéricasy enfocadas a la imposición de sanciones. Falta información yconcienciación sobre las consecuencias concretas de determinadoscomportamientos temerarios.

Objetivos a medio y largo plazo: Se impulsanmedidas aisladas sin fijar objetivos concretos. Éstos se incorporan porprimera vez en el plan estratégico de seguridad vial que preparaTráfico.

Investigación: Conocer las causas y circunstancias de los accidentes es esencial para desarrollar las herramientas apropiadas.

Dotación presupuestaria: Toda medida tiene que ir acompañada de una mayor inversión en seguridad vial e infraestructuras.

Formación: Institutos y autoescuelas deben potenciarla.