Unos pájaros en el balcón que no dejaban dormir, y a los que se acordó taparlos por la noche. Un reloj de cuco cuyo dueño aceptó apagarlo durante las horas de descanso. El estudiante de piano que asumió tocar solo a determinadas horas. La madre que ya coloca una alfombra cada vez que sus hijos juegan a las canicas. O la señora que cambió la televisión de lugar y se puso auriculares. Estos son algunos de los conflictos vecinales resueltos por el servicio de mediación del Defesor del Ciudadano durante 2014.

"Los problemas entre vecinos a veces se enquistan y entonces es necesario que venga alguien de fuera para encontrar una solución". Es la explicación que encuentra Manuel Martín, Defensor del Ciudadano, al alto índice de éxito de esta área del Ayuntamiento de Granada.

El departamento, que trabaja en colaboración con la concejalía de Medio Ambiente, tramitó el año pasado 293 expedientes (un 29% más que en 2013), con un 94,6% de resoluciones positivas. De los informes que se trataron, la mayoría eran sobre ruidos (62,86%), seguidos de molestias de los aires acondicionados (14,29%), ruidos y humos (8,57%), conflictos entre vecinos (5,71%), humos (2,86%), animales (2,8%) y uso de zonas verdes o deportivas (2,86%).

"Nosotros", explica Martín, "acortamos plazos, ahorramos costes y solucionamos problemas del día a día". El servicio es gratuito y los vecinos solo deben cumplir el dictamen. No hay sanciones ni largos procesos burocráticos.

Uno de los problemas resueltos es el de una comunidad de vecinos que se negaba a que un residente de la última planta montara la bicicleta en el ascensor. "Era impensable que la llevara 8 pisos a cuestas", relata Martín, "así que se acordaron una serie de indemnizaciones si rayaba el ascensor".