La Federación Española de Asociaciones de Truficultores (FETT) ha abogado por aumentar las parcelas dedicadas a la encina y roble micorrizado en todo el país para conseguir producciones estables de trufa y lograr así abastecer la demanda tanto nacional e internacional, a la que en estos momentos no se llega.

Así lo ha explicado a Europa Press el vicepresidente de la Federación Española de Asociaciones de Truficultores, Carlos Fresneda, quien ha insistido en la necesidad de destinar más superficie a la truficultura para explotar un cultivo muy demandado en el país en el que hay un nicho de mercado "muy importante".

En este sentido, ha informado de que los representantes de los truficultores trabajan ya con las distintas administraciones públicas para buscar ayudas específicas que fomenten la plantación de encinas y de robles micorrizados, los árboles de cuyas raíces surge el tan apreciado hongo de la trufa.

"Sí son receptivos", ha asegurado Carlos Fresneda, quien se ha mostrado esperanzado en que, una vez desarrollados los reglamentos de las nuevas ayudas europeas con cargo a los Fondos de Desarrollo Rural, en otoño haya una respuesta positiva para incrementar la superficie destinada a la truficultura, si bien ha recordado que tras la plantación de esos árboles se necesitan entre cinco o seis años para que salgan los primeros hongos.

A menos de un mes para poner punto y final a la campaña de la trufa 2014-2015 —los últimos hongos se recogerán en torno al 10 de marzo—, Carlos Fresneda ha destacado el nivel "más que aceptable" de la producción a pesar de que el hielo y las precipitaciones de agua y en forma de nieve del finales de enero y principios de febrero mermaron los precios precisamente por un exceso de humedad.

Dicho esto, se ha mostrado convencido de que lo que resta de campaña discurrirá de forma normal y sin afectar a la calidad de la trufa, "algo desigual" en términos de producción en distintas zonas truferas de Segovia, Soria y Burgos, principalmente.

"En general en Castilla y León ha sido una campaña de calidad aceptable y buena", ha resumido Fresneda, quien ha destacado la capacidad de los suelos de la región castellanoleonesa para "curar" la trufa "de manera muy correcta" en términos de olor, aroma, sabor y textura "tan apreciados" en los mercados nacional e internacional a los que se pretende dar más cobertura.