Varios investigadores encuentran en la cueva de Tito Bustillo (Asturias) un nuevo crustáceo

  • Un equipo internacional de científicos ha localizado una placa de caparazón de bálano que pertenece a una especie de crustáceo desconocida hasta ahora.
  • Los científicos del proyecto estudian cómo explotaban las sociedades prehistóricas los recursos marinos.
Fotografía facilitada por la Universidad de Cantabria de una placa de caparazón de bálano que pertenece a una especie de crustáceo
Fotografía facilitada por la Universidad de Cantabria de una placa de caparazón de bálano que pertenece a una especie de crustáceo
EFE
Fotografía facilitada por la Universidad de Cantabria de una placa de caparazón de bálano que pertenece a una especie de crustáceo

Un equipo internacional de científicos, coordinado por el catedrático de la Universidad de Cantabria Pablo Arias, ha localizado en la cueva de Tito Bustillo (Asturias) una placa de caparazón de bálano -bellotas de mar-, que pertenece a una especie de crustáceo desconocida hasta ahora.

Esta nueva especie llevará, en homenaje a la cavidad asturiana, el nombre de "Titobustillobalanus tubutubulus", según señala el trabajo sobre este descubrimiento que ha publicado la revista científica 'Annales de Paléontologie'.

El equipo que ha localizado este nuevo animal pertenece a un proyecto denominado Coasttran, en el que participan 61 científicos de instituciones de España, Francia, Portugal, el Reino Unido, Alemania, Irlanda, Suecia y Canadá.

Según informa la Universidad de Cantabria en una nota de prensa, los investigadores que han publicado el trabajo sobre este nuevo crustáceo han sido el doctor del Museo Nacional de Historia Natural de París René-Pierre Carriol y el de la Universidad de Salamanca Esteban Álvarez Fernández.

Los científicos del Coasttran estudian en Tito Bustillo cómo explotaban las sociedades prehistóricas los recursos marinos, un trabajo que, además de en la cavidad asturiana, se lleva a cabo en otras cuevas de Cantabria, Portugal y Francia. La placa de balano localizada, que está ya en el Museo Arqueológico de Asturias, podría haber estado adherida a la superficie de alguna concha de lapa que recogieron los antiguos moradores de Tito Bustillo.

Este crustáceo, denominado bellota de mar y que está formado por seis placas dispuestas en forma de cono, se encontró junto a otros restos de pequeño tamaño, de vértebras de peces y puntas de agujas de hueso.

La especie ahora descubierta fue localizada en los años setenta por el catedrático de la Universidad de Cantabria Alfonso Moure en una de las excavaciones pioneras en materia arqueológica, aunque ahora han sido los profesores Carriol y Álvarez los que han comprobado que es un nuevo crustáceo no catalogado.

El estudio de estos dos científicos demuestra que esa especie era de agua fría y está asociada a otro tipo de bálanos que habitan en la actualidad en el Atlántico Norte y que han sido localizados también en Tito Bustillo y en cuevas de Cantabria como La Garma y Altamira. Eso indica, según los investigadores, que las aguas del Cantábrico eran en la época del Magdaleniense (hace unos 15.000 años) mucho más frías que en la actualidad.

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