Un juzgado de San Sebastián ha condenado a un hombre de 46 años a seis meses de prisión por agredir y atemorizar a sus padres ancianos con los que convive y quienes satisfacen todos sus gastos, incluso la carrera que lleva cursando más de diez años.

Según la sentencia del caso, el acusado, que padece "un trastorno narcisista de la personalidad pasivo agresivo que altera de modo leve sus capacidades", vive en un domicilio de San Sebastián con sus progenitores y un hermano de 45 años que padece esquizofrenia.

El texto judicial precisa que "desde hace mucho tiempo", el imputado "lleva sometiendo de forma habitual a sus padres" a episodios de "violencia física y psicológica a través de constantes agresiones, amenazas de muerte, insultos y humillaciones".

El escrito aclara que el procesado "lleva más de diez años haciendo la carrera, viviendo en casa de sus padres y pidiéndoles dinero para todo".

Antecedentes

El acusado empujaba habitualmente a sus progenitores, les golpeaba, escupía, les tiraba al suelo, les agarraba del pelo y les rompía las gafas, además de causar "daños y destrozos" en el domicilio familiar, al que la Ertzaintza tuvo que acudir "en multitud de ocasiones" en respuesta a las llamadas de "auxilio" de los padres.

La sentencia describe un episodio concreto ocurrido en las Navidades del año 2002 cuando, "ante la agresividad" que mostraba el imputado, sus padres tuvieron que abandonar la casa y marcharse a un hotel donde estuvieron alojados varios días "ante el temor de sufrir una agresión".

Julio de 2005, cuando el acusado dio un empujón a su madre y la tiró sobre un sofá, incidente que provocó que su padre y su hermano decidieran no sentarse a comer en la misma mesa que él.

31 julio, el procesado se sentó a la mesa con el resto de la familia y comenzó a discutir con su madre sobre el orden en que tenía que servir la comida.

Después se encaró con su padre "lo agarró del cuello, le insultó y le amenazó diciéndole: dictador, te voy a matar", tras lo que cogió una botella de vino" y, tras intimidar con ella a sus progenitores, la rompió contra una jarra.

La sentencia considera que estos hechos son constitutivos de un delito de maltrato habitual con la atenuante de enajenación mental, por el que condena al acusado a medio año de prisión y le prohíbe acercarse y comunicarse con sus padres y su hermano durante un año y medio.