Los tradicionales picores de ojos, garganta o nariz y los estornudos (los síntomas más graves: cefaleas, irritabilidad, depresión o insomnio) se dan en una semana en la que sólo son nulos los copos de polen de abedul y plátano de sombra. Por eso, la mayoría de pacientes están condenados a sobrellevar la sintomatología.

Y no se puede saber con seguridad si serán peores los próximos siete días, «porque si mañana se pone a llover, no habrá polen en el ambiente», recalca Miranda.

En el capítulo de recomendaciones, lo ideal es evitar las zonas de interior, por lo que es mejor ir a un lugar con litoral, «donde habrá menos polen». En los espacios abiertos hay más incidencia del polen que en otros donde nos «pueden proteger los propios edificios». Y, por supuesto, en las horas de más calor, no salir a pasear.