Las renuncias a herencias se duplican en la Comunidad de Madrid debido a la crisis

  • Las renuncias a herencias pasan en la región de 1.438 en 2008 a 3.098 en 2013, un aumento del 114,8%, según el Colegio Notarial de Madrid.
  • El último dato disponible es de 1.892 renuncias en el primer semestre de 2014, lo que apunta a una continuación de esta tendencia creciente
  • La bajada del precio de la vivienda provoca el rechazo de herencias cuando la deuda de la vivienda heredada es mayor al precio de mercado del bien.
  • "El agotamiento de los apoyos familiares y los ahorros pueden derivar en el agravamiento del problema", dice una abogada experta en Derecho Hipotecario.
Una pila de documentos.
Una pila de documentos.
GTRES
Una pila de documentos.

La crisis ha disparado las renuncias entre los madrileños que han recibido una herencia: han pasado de las 1.438 de 2008, año de inicio de la crisis, a las 3.089 de 2013, un incremento del 114,8%, según el Colegio Notarial de Madrid.

Según el último dato disponible, todo apunta a que la tendencia sigue en aumento: en el primer semestre de 2014 se registraron 1.892 renuncias a herencias en la región.

El motivo principal de este incremento en las renuncias es que la bajada de los precios de la vivienda hace que a veces la deuda sea más cuantiosa que el precio de mercado del bien heredado, explican desde el Colegio Notarial.

"Esto es por la crisis: si la persona de la cual heredas tiene más deudas que bienes, no te interesa esa herencia", explica Alfonso Madridejos, vicedecano del Colegio Notarial de Madrid.

Esta evolución se da en un marco de estabilidad de la cifra total de herencias tramitadas, que entre 2010 y 2013 subió apenas un 6% (de 37.158 a 39.380). El Colegio Notarial no ha proporcionado datos de años anteriores.

"Antes se aceptaban más las herencias porque el valor de los pisos subía, pero si ese piso que valía 300.000 ahora vale 150.000 y tiene una deuda de 250.000 euros, es evidente que no conviene desde el punto de vista económico", explica Madridejos.

Además, con la crisis, señala, la gente ya no tiene una situación económica tan boyante, y muchas veces no se puede hacer cargo de seguir pagando una hipoteca contraída por el difunto.

Una vez que una persona renuncia a su herencia, ésta pasa al heredero siguiente (hijos, sobrinos, hermanos...) y, en última instancia, al Estado, que ya no responde de las deudas.

Una situación nueva

Antes de 2008, las renuncias eran "prácticamente inexistentes", dice María José Vicente Chacona, abogada especializada en Derecho Hipotecario.

"Las que se hacían eran por motivaciones morales, no económicas: que recayera el grueso de una herencia en favor del hermano más pobre antes que en el más rico, etc.", dice Vicente, quien no ve visos de mejora en esta tendencia de las renuncias a herencias.

Por el contrario, el empobrecimiento de las redes familiares producto de la crisis y de la Ley Hipotecaria española podría agravarla.

"Asistimos a un escenario de agotamiento de los apoyos económicos y familiares y de los ahorros que pueden derivar aún más en el agravamiento del problema", opina Vicente, quien llama la atención además sobre los casos en los que el fallecido ha avalado deudas ajenas que puedan serle reclamadas al heredero.

La sorpresa del aval desconocido

Incluso en casos de aceptación de una herencia sin deuda vinculada, pueden surgir sorpresas tales como la aparición de un aval que el fallecido había firmado y que era desconocido por el heredero, ya que no existe un registro en donde poder consultarlos (como sí sucede con las deudas, registradas en el Banco de España).

Por lo tanto, después de aceptar la herencia, el heredero puede encontrarse con que no solo puede perder el bien heredado, sino otros bienes anteriores, e incluso hasta el 60% de su nómina.

"En los años del 'boom', la gente era muy imprudente, entre amigos se avalaban sin consciencia de las implicaciones que esto tenía", dice.

En este sentido, Vicente cree que sería bueno que en toda España se tomen medidas tales como una que hay en Cataluña: obliga a las personas a avisar a sus herederos cuando hacen testamento ante notaría y a informarles pormenorizadamente los detalles relacionados con sus bienes para hacer un acuerdo entre las partes.

Posibilidad de aceptarlo sin hacerse cargo de las deudas

En caso de duda debido a la complejidad de una adecuada estimación de la relación entre las deudas y el valor de los bienes, existe la posibilidad de poner la masa heredada en manos de un administrador temporal que salde las deudas con los bienes heredados.

Lo que sobre, es lo que el heredero se queda: es el llamado beneficio de inventario.

"Si uno tiene claro que hay menos deudas que bienes, acepta sin más, y sino renuncia... pero, en caso de duda, se utiliza el beneficio de inventario, aunque hay que ir al juzgado, es lenta y costosa", explica Madridejos.

En ese sentido, Madridejos dice que el procedimiento está obsoleto.

"Hay que hacer un inventario, citar a los acreedores, pueden transcurrir meses", explica.

En la Comunidad de Madrid, el Impuesto de Sucesiones está bonificado en su totalidad. Al contrario de lo que pasa, por ejemplo, en Andalucía (la comunidad autónoma en la que más se cobra en este sentido), donde un mayor de 21 años que herede una vivienda de 200.000 euros y no tenga propiedades previas podría tener que pagar 30.000 euros de esta carga fiscal.

Mayores que se hipotecaron en una edad avanzada

Por lo general, las herencias son legadas por personas de mayor edad a sus descendientes, lo que lleva a pensar que si la vivienda no está ya pagada es porque los padres se han hipotecado a muchos años en edades avanzadas.

"Da la sensación de que, independientemente de los casos puntuales, en general se trata de personas que se hipotecaron en edades avanzadas, al hilo de la mejora económica, durante el boom imobiliario, y no les dio tiempo de terminar de pagarla", dice Gerardo Meil, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), ya que antes las hipotecas se daban, como mucho, a 15 años, no a 35 o 40 años.

Por lo tanto, explica, la vinculacion simbólica con el origen familiar puede ser bastante baja, al no ser la casa en la que ellos se criaron.

"Estas hipotecas tienen que ser bastante recientes, si no ya las tendrían que tener amortizadas", explica.

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