Un centro de menores de Barcelona acoge una terapia con perros pionera en España

  • Una decena de adolescentes siguen el curso, impartido por la Fundación Affinity.
  • Estas terapias ya se aplican con éxitos en otros países europeos y en Estados Unidos.
  • A través del contacto con el animal, se mejora la autoestima y la comunicación del menor.
La primera clase de terapia con animales de compañía impartida en un centro de menores tutelados por la Generalitat en Barcelona.
La primera clase de terapia con animales de compañía impartida en un centro de menores tutelados por la Generalitat en Barcelona.
FUNDACIÓN AFFINITY
La primera clase de terapia con animales de compañía impartida en un centro de menores tutelados por la Generalitat en Barcelona.

Un centro de menores tutelados por la Generalitat catalana en Barcelona es el primero del Estado en introducir terapias con animales de compañía. El programa Buddies consiste en un curso de adiestramiento canino que llevan a cabo una decena de adolescentes dentro de una prueba piloto, cuyos resultados serán estudiados posteriormente para saber si se podrá ampliar a más centros más adelante (en Catalunya existen 300).

Este tipo de terapias ya se aplica con éxito en países europeos y en Estados Unidos. Diferentes estudios certifican una mejoría notable de los menores que han seguido estas clases.

El método empleado es el de reforzamiento positivo en psicología, para aumentar el bienestar del animal y el del educador, en este caso los jóvenes.

Mejora de la autoestima de los menores

"Sobre todo se trabaja en la autoestima de los menores", indica Maribel Vila, responsable de terapias asistidas con animales de la Fundación Affinity. La directora de la fundación, Isabel Bull, afirma que los perros "son ideales" para estas terapias, porque "no juzgan al menor, los aceptan tal y como son, siempre están contentos, no guardan rencor y reaccionan a sus estados de ánimo".

La directora general de Atenció a la Infància i l'Adolescència, Mercè Santmartí, recuerda que los jóvenes internados han vivido situaciones de maltrato, negligencias, abandono y o falta de atención de sus familias" y que por ello requieren "una especial atención" ante determinadas situaciones o necesidades educativas.

Un colectivo vulnerable

Maribel Vila explica el perfil de los adolescentes que acceden a este programa: jóvenes con problemas de tolerancia a la frustración, baja autoestima, dificultades a la hora de expresar sentimientosy dificultades de comunicación, que a menudo "escogen el aislamiento".

En el grupo se potencia la autocrítica, indica Vila, puesto que son jóvenes que no están acostumbrados a recibir comentarios positivos y tampoco a aceptar un "no" como respuesta. Vila recuerda que es un colectivo especialmente vulnerable que necesita mucho cuidado por parte de los educadores.

Los "triunfos a pequeña escala" que van consiguiendo clase tras clase con los animales, les lleva normalmente de mostrar una actitud "pasota" a "expresar sentimientos y acariciar y cuidar el animal", con el que establecen un lazo afectivo. Vila insiste en que son jóvenes que "no confían en nadie, ni en sus cuidadores" y el perro es en este contexto un elemento "neutro que no les va a obligar a nada" por lo que despierta su empatía.

El cambio de actitud más grande en los jóvenes se consigue "a partir de la tercera semana" de clases, cuando se comienza a generar un lazo con el perro. La duración del curso es de tres meses en clases semanales.

Una segunda oportunidad

Para estas terapias no se trabaja con una raza concreta, sino con colectivos concretos, muy socializados y a los que les guste estar con niños, y que no muestren actitudes de agresión o reactividad.

Los adolescentes empatizan mucho con los animales procedentes de protectoras. En este curso pionero participan un can que llevaba un año en la calle y otro que fue hallado en un contenedor de basura. Dentro del programa del curso hay prevista una visita a una protectora animal para que los menores vean cómo los perros tienen una segunda oportunidad.

Al final del curso, esperan poder escoger a uno de los chicos o chicas como ayudante para la siguiente edición, para que pueda compartir sus experiencias con otros menores tutelados.

Las terapias asistidas con animales se comenzaron a introducir en las prisiones españolas en la década de los años 90 y también están presente en centros residenciales de mayores. En Estados Unidos están introducidas en sesiones de quimioterapia de enfermos de cáncer.

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