El salario medio anual de la Comunidad de Madrid subió un 0,8% entre 2008, el año de inicio de la crisis económica, y 2013, el último año completo que registran las estadísticas de Mercado de Trabajo y Pensiones de la Agencia Tributaria, pasando de 24.375 euros a 24.571 euros.

Estos 196 euros de media que cobra de más un madrileño al año no compensan la subida en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que entre diciembre de 2008 y el mismo mes de 2013 registró una subida del 9,4%, lo que demuestra que las familias madrileñas perdieron poder adquisitivo respecto al que tenían antes de la crisis.

Madrid es una de las cuatro Comunidades Autónomas en donde el salario medio creció entre 2008 y 2013: lo hizo un poco más que en Galicia (+0,19%), un poco menos que en Melilla (+1,07%) y bastante menos que en Ceuta (+4,90%).

De los 2.692.926 asalariados que hubo en Madrid en 2013, el 48,7% (1.311.748 personas) ha cobrado un salario anual inferior a 18.068,4 euros (dos salarios mínimos interprofesionales -SMI-). O, lo que es lo mismo, 14 pagas de 1.290,6 euros.

Este porcentaje es 2,5 puntos porcentuales superior al de 2008, cuando 1.427.050 trabajadores (el 46,2% del total, que eran 3.088.205 personas) ganaban dos SMI o menos (lo que por entonces equivalía a 16.800 euros, o 14 pagas de 1.200 euros).

En el otro extremo de la cadena salarial, solo 54.079 personas cobraron el equivalente a 10 SMI o más en 2013: es decir, apenas un 2% de los asalariados cobraron más de 90.342 euros anuales (14 pagas de 6.453 euros).

Lo que salta a la vista es el descenso en cantidad de asalariados. Entre 2008 y 2013, la región perdió 395.279 personas percibiendo un salario (un 12,8% menos). Personas para quienes la subida del IPC sigue pesando aunque estén fuera de las estadísticas.

"Hay una parte importante de la población que ha perdido su salario y que, por lo tanto, ha quedado fuera de las estadísticas. Para ellos, los salarios han decrecido brutalmente, mucho más de lo que muestran estas cifras", explica Alejandro Lahera, profesor de Sociología del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), quien agrega que los recortes también quitan salario indirecto.

"Al haberse recortado prestaciones sociales, lo que llamamos salario indirecto del Estado de Bienestar (aunque se pague vía impuestos), la vida se ha encarecido: ahora hay que pagar por libros y otras cosas que antes recibíamos gratuitamente. Es lo que se llama la devaluación interna", explica.

Según Lahera, estas cifras dan cuenta del nivel de devaluación interna que ha sufrido la sociedad española, y demuestran que el coste de la recuperación económica lo pagan los que menos tienen.

"Se ha reducido el coste de la mano de obra para reducir gastos empresariales, así las empresas pueden ser más competitivas y exportar más, pero se ha hecho a costa del emprobrecimiento de la sociedad, como queda claro con estas cifras", agrega, señalando que quien realmente se ha beneficiado ha sido el productor, cuyos productos se han incrementado mientras se abaratan los salarios.

Por sexos, las mujeres asalariadas en la región cobraron en 2013 una media de 20.656 euros (un 26,4% menos que los hombres), pero acortaron la brecha con los varones: en 2008 cobraban una media de 19.696 euros (un 30,4% menos).

En 2008 había 1.680.669 asalariados varones en Madrid (259.980 más que en 2013) que cobraban una media de 28.293 euros, un 0,75% más que la media de 2013 (28.078 euros).

De los 2.692.926 asalariados de la región en 2013, 1.420.689 eran hombres (el 52,75%) y 1.272.237 eran mujeres (el restante 47,25%).

Esta proporción es más igualitaria que la de 2008, cuando de los 3.088.206 asalariados (un 12,8% más que cinco años después), el 54,42% eran varones y el 45,58% eran mujeres.

En el sector de servicios a las empresas de Madrid, en cinco años la media anual del salario cayó un 12,2% (21.863 euros frente a 24.909) para los 514.033 asalariados de 2013 frente a los 551.296 trabajadores de 2008.

En la industria madrileña, los 266.693 asalariados de 2008 cobraron una media de 27.631 euros. Cinco años después, 92.705 asalariados menos (un total de 173.988) cobraron un 3,57% más (una media anual de 28.618 euros).

Otro sector que perdió mucha fuerza de trabajo pero mantuvo los salarios medios anuales desde el comienzo de la crisis fue el de construcción y actividades inmobiliarias: aunque contó en 2013 con 160.540 asalariados menos que en 2008 (200.623 frente a 361.163), el salario medio fue un 1,52% superior (21.004 euros frente a 20.689).

Asimismo, los 128.967 asalariados que trabajaron en 2013 en la región para entidades financieras y aseguradoras cobraron un 0,24% menos de media que en 2008 (47.252 euros frente a 47.365).

Alejandro Rubio, administrativo que trabaja desde 2007 en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT), en pareja y con dos hijos pequeños, dice que con la subida del IPC dice está notando muchos cambios en su nivel de vida, siempre en sentido negativo.

"Me cuesta todo más, sobre todo facturas como el gas, estoy cada vez más agobiado", dice, agregando que tiene grandes cargas económicas con dos niños en edad escolar y con una pareja que trabaja fuera de la casa sólo de manera esporádica.

"Mi mujer no tiene trabajo fijo, pero tampoco podemos quitarnos el gasto del comedor de los niños en el colegio, porque así ella puede ir a trabajar cuando le sale algo temporal", cuenta, subrayando el hecho de que también las actividades extraescolares aumentan todos los años.

Alejandro no ve reflejada en su día a día la recuperación de las cifras macroeconómicas de la que presume el Gobierno. Él no ha recuperado el 5% de sueldo que le recortaron en 2010.

"No noto ninguna recuperación, además veo por la calle cada vez más tiendas cerradas, o negocios que abren y la gente no compra", dice.

Entre los sacrificios cotidianos que hace este funcionario que cobra unos 1.800 euros netos al mes, cuenta que ha cambiado la composición de su canasta familiar.

"Me he quitado de comer buena carne, compro menos filetes de ternera y cordero, y compro más salchichas, preparados, o pollo... Y salir a comer fuera ya es un lujo, cuando antes sí salíamos", señala, agregando que también usa menos el coche para viajar y que, cuando lo hace, suele evitar las autopistas con peaje.