La sentencia considera probado que el día de los hechos el acusado abordó a la niña en la calle portando un cuchillo y la obligó a subir a su casa. Allí la desnudó y la violó «mientras le decía que si no accedía a sus pretensiones, la mataría».
La niña sufrió diversas lesiones y le ha quedado como secuela un trastorno de estrés postraumático de intensidad grave.
Le mandó un SMS: «Quiero preñarte»
El padre de la niña aseguró durante el juicio que Hernández, la noche antes de la violación, envió a su hija un mensaje al móvil en el que decía textualmente: «Quiero preñarte». El condenado, que pidió que le castrasen, se definió como «ruin» y advirtió al juez de que podría haber sido peor: «Menos mal que Dios me dio lucidez y me fui, porque, si no, la mato».
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios