Retrata en acción a los 'marshals' de los EE UU, el cuerpo armado federal más veterano del país

  • El fotógrafo Brian Finke muestra desde dentro al cuerpo de alguaciles judiciales estadounidenses, en activo desde 1789 para hacer cumplir decisiones judiciales.
  • Ahora son 4.000, van armados hasta los dientes y han sido acusados de prácticas racistas en la selección de personal operativo para las misiones.
  • Las imágenes presentan, en tono peliculero y épico, la 'zona cero' de la fuerza armada encargada de los 'conflictos más peligrosos de los EE UU'.
Un 'marshal' retratado por Brian Finke
Un 'marshal' retratado por Brian Finke
© Brian Finke, Courtesy of ClampArt, New York City
Un 'marshal' retratado por Brian Finke

Si van ustedes a la página web oficial del U.S. Marshals Service no necesitarán muchos datos más para entender de qué va la cosa: música digna de película de romanos; vídeos de acción; la identidad corporativa de muchas placas identificativas que no han cambiado nada con respecto a las estrellas que llevaban en los chalecos el par de marshals más mediático de todos los tiempos, Wild Bill Hickok y Wyatt Earp, y un tono épico presidido por el lema del cuerpo (Justicia, integridad, servicio). Si la sede virtual de un cuerpo armado oficial, dependiente del Departamento de Justicia, equivalente a un ministerio, es de ese calado, lo demás no requiere ampliación.

En un momento en que los cuerpos policiales de los EE UU se enfrentan a las críticas sociales por los disturbios raciales de Ferguson derivados de una sobreactuación armada sin condena judicial y días después de que un par de agentes matasen a tiros a un niño de 12 años que llevaba una pistola de juguete, el fotógrafo Brian Finke (1976) difunde, mediante una exposición y un libro, una serie de fotos que muestran en acción a los alguaciles judiciales de varias ciudades de los EE UU. Es el cuerpo armado federal más veterano del país —funciona legalmente desde 1789 y alegalmente desde casi diez años antes— y tiene casi 4.000 miembros operativos y más de 1.500 administrativos según el último informe del departamento [PDF].

Muchas ciudades fronterizas con México

El proyectoU.S. Marshals, que se expone hasta el 20 de diciembre en la galería Clampart de Nueva York y del que también se editada una monografía con el mismo título [PowerHouse Books, 128 páginas y un PVP de 35 dólares], es el producto de la convivencia del fotógrafo durante cuatro años con agentes de los Marshals de varias ciudades de los EE UU, entre ellas Houston, Las Vegas, Nueva York, Los Angeles y varias ciudades de Texas limítrofes con México (Brownsville, McAllen, Laredo, Del Rio, Alpine y El Paso).

Las imágenes presentan, en un tono bastante peliculero —iluminación con dos flashes para dramatizar las escenas y crear sensación de contraluz—, la "zona cero" de la fuerza armada que, según  dicen los organizadores de la exposición, es la encargada de los "conflictos más peligrosos de los EE UU". Los marshals (la traducción exacta sería alguaciles) son los encargadosde la ejecución de las órdenes dictadas por las cortes federales del país.

Custodia, protección, fugitivos...

En un sentido amplio, el cuerpo garantiza el funcionamiento del sistema de justicia, y tiene competencias para custodiar acusados; proteger a magistrados, abogados, fiscales y testigos; perseguir y detener a fugitivos; transportar prisioneros y, en caso de necesidad, apoyar operativamente a cualquier otro cuerpo de seguridad.

El libro es una "crónica de la cultura, las prácticas y los procedimientos de la más antigua agencia de la ley de los EE UU", añade el fotógrafo, que consiguió acceso pleno a las operaciones cuando se reencontró, en 2010, con un excompañero de colegio que ahora trabaja como marshal.

"Me siento cómo si hubiese firmado mi propia versión del show de televisión Cops", explica Finke en refencia a la serie documental estadounidense en la que un equipo de periodistas audiovisuales sigue a patrullas policiales.

Se tragó la heroína

El fotógrafo afirma que corrió las mismas aventuras que los alguaciles, entre ellas seguir a 150 kilómetros por hora a un fugitivo, detener a un agresor sexual y ver como una persona sufría una sobredosis de heroína cuando se tragó la que llevaba consigo antes de ser detenido. Las fotos, al menos las que ha podido ver este medio, no parecen dar idea de dinamismo y acciones policiales de riesgo. Algunas son, sin duda, ejercicios de entrenamiento y abundan los posados.

Los marshals fueron acusados en 1998 de prácticas racistas en la selección de personal operativo y de acosar y crear un ambiente de trabajo hostil a los agentes no caucásicos. El arma oficial del cuerpo es la pistola Glock, pero los alguaciles tienen una discrecionalidad casi ilimitada para utilizar cualquier otro armamento que pudieran necesitar.

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