La OCDE prevé un estancamiento largo en la zona euro, pero es más optimista con España

  • La OCDE espera que España crezca un 1,7 % en 2015 y un 1,9 % en 2016, lo que supone una revisión al alza de las perspectivas económicas.
  • Sin embargo, avisan de que la tasa de desempleo va a continuar siendo la segunda más elevada de los 34 países miembros, solo por debajo de Grecia.
  • La OCDE rebajó sus expectativas de crecimiento para la mayor parte de sus países miembros y alertó de la amenaza que supone el parón de la zona euro.
  • El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, advirtió del "riesgo de un largo estancamiento en la zona euro", lo que podría recortar el PIB.
Imagen de archivo de la sede del Banco de España.
Imagen de archivo de la sede del Banco de España.
JORGE PARÍS
Imagen de archivo de la sede del Banco de España.

La OCDE confirmó este martes la revisión al alza de las perspectivas sobre la economía española tanto para este año (1,3%, en lugar del 1% hace seis meses) como para el próximo (1,7% frente al 1,5%), y espera que el ritmo se sitúe en el 1,9% en 2016.

En su informe semestral de Perspectivas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se alineó así con las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este ejercicio y el próximo, y se acerca a las del Gobierno español, que en los presupuestos augura un alza del 1,3% del producto interior bruto (PIB) en 2014 y del 2% en 2015.

Las cifras del PIB que ofrece para España son mejores que las de los tres grandes países de la moneda única europea (Alemania, Francia e Italia) y también más positivas que las de la zona del euro en su conjunto, cuya actividad progresara únicamente un 0,8% en 2014, un 1,1% en 2015 y un 1,7% en 2016.

Los autores del estudio señalaron que el incremento de la actividad (a un ritmo anual del 2% constatado en la segunda parte de este año) gracias al consumo privado, ha permitido compensar la ralentización de las exportaciones y ha dado lugar a un crecimiento del empleo más fuerte de lo anticipado.

Pero a pesar de su disminución, avisan de que la tasa de desempleo va a continuar siendo la segunda más elevada de los 34 países miembros de la OCDE, solo por debajo de la de Grecia: del pico superior al 26% que se alcanzó en 2013 se va a pasar al 23,9% en este último trimestre de 2014; al 22,6% al terminar 2015, y al 21,6% al concluir 2016.

Esa situación "difícil" del mercado de trabajo tiene que ver también con una gran proporción de desempleados de larga duración, una elevada tasa de inactividad juvenil y una parte importante de trabajadores obligados a contentarse con contratos temporales y a tiempo parcial.

Las consecuencias de todo eso serán una presión sobre los salarios a la baja y una inflación muy reducida (el índice de precios al consumo será de una media del -0,1% este año, del 0,1% en 2015 y del 0,5% en 2016).

Para la organización, el principal reto de política económica que tiene planteado España es conseguir un crecimiento más sostenido de la productividad y del empleo, lo que requiere "una implementación plena y efectiva de la agenda de reformas estructurales y mayores esfuerzos para cualificar a los desempleados".

También aconseja favorecer la innovación, facilitar la creación y el desarrollo de empresas, aumentar la competencia o modificaciones en el sistema fiscal para reducir el costo de la mano de obra poco cualificada.

El principal impulsor de la expansión de la actividad este año está siendo el consumo privado (2,1%), apoyado por una ligera y puntual recuperación del gasto público (0,4%) y la entrada en cifras positivas de la inversión (1%), que compensan el efecto ligeramente recesivo del comercio exterior (que va a restar dos décimas de PIB).

La configuración va a modificarse a partir del próximo ejercicio, en el que será sobre todo la inversión la que tirará de la economía, con un avance del 3,6% que se acelerará al 4,9% en 2016. La inversión tomará así el relevo del consumo privado, que va a ralentizar su ritmo de incremento (1,9% el año próximo y 1,7% el siguiente), al tiempo que el gasto público volverá a disminuir (-1,1% y 0,4%, respectivamente). El comercio exterior tendrá de nuevo impacto positivo, del 0,1 puntos del PIB en 2015 y del 0,2 en 2016.

Los principales riesgos que afectan a la previsión sobre España son un comportamiento peor de lo estimado de sus principales socios comerciales de la zona del euro, pero también una reactivación de la tensión en los mercados financieros a la que el país sigue siendo sensible dada su abultada deuda, tanto pública como privada.

Según los cálculos de la OCDE, el déficit público español (del 5,5% del PIB en 2014, del 4,4% en 2015 y del 3,3% en 2016), seguirá engordando la deuda pública, que superará en 2016 el listón simbólico del 100% del PIB (en concreto el 100,9%).

Las amenazas en la zona euro

Por otro lado, la OCDE rebajó sus expectativas de crecimiento para la mayor parte de sus países miembros y alertó de la amenaza que supone para la economía mundial el parón que sufre la zona euro como conjunto, donde no se descarta al riesgo de deflación.

En su informe semestral de Perspectivas la OCDE calculó que la economía de sus 34 estados progresará únicamente un 1,8% este año, cuatro décimas menos de lo que había calculado en mayo, y un 2,3% en 2015, cinco décimas menos. En 2016, se pasará al 2,6%. La economista jefe de la organización, Catherine Mann, reconoció que los países de la moneda única que han "recargado sus motores con reformas de gran alcance" están empezando a recuperarse.

Pero más allá de los casos de algunos países periféricos, la OCDE avisa de que la amenaza que supone la zona euro para el crecimiento global tiene que ver con un desempleo que se mantiene alto (11,4% de la población activa en 2014), y una tasa de inflación lejos del objetivo del 2% (0,5% este ejercicio y una décima más el próximo).

Tampoco es en absoluto halagüeña la situación en Japón, en la que se ha reducido en seis meses a la tercera parte la previsión de crecimiento en 2014 (0,4% en lugar del 1,2%), y también de forma significativa la de 2015 (0,8% y no 1,2%). Para 2016, la cifra anticipada es el 1%.

Estados Unidos, aunque con un ritmo de evolución netamente superior, tampoco se salva de la corrección a la baja de las previsiones, con un PIB que debería incrementarse un 2,2% este año (se había estimado un 2,6% en el precedente informe hace seis meses), un 3,1% en 2015 (frente al 3,5%) y un 3% en 2016.

El conocido como el "Club de los países desarrollados" aconseja equilibrar la política fiscal para a la vez garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas frente a posibles choques a corto plazo y aportar confianza a los actores económicos.

La entidad calcula que se va a tardar 23 años en duplicar el PIB mundial, algo que anteriormente ocurría al cabo de 17,5 años, y esa nueva pauta va a afectar en particular al bienestar de la población más joven.

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