¿Quién rompe qué?

Se zurraron de lo lindo los dos dirigentes políticos principales en el primer debate sobre el estado de la nación, con Zapatero como protagonista.
No defraudaron a sus parroquias, que aplaudieron y patearon a rabiar. Cada cual con sus conocidos argumentos y sin noticias, al menos hasta primera hora de la noche.
 
El primer discurso del presidente, como es habitual, derrochó autoestima hasta hartarse y hartar. ¿No podían ser algo autocríticos, aunque sólo fuera por táctica o falsa humildad? Rajoy fue directo al bulto, descalificó la gestión Zapatero de la cruz a la raya, inmisericorde.
 
La argumentación básica de los dos políticos principales es que el otro rompe el consenso. Ambos pretenden interpretar el espíritu y la letra de la Constitución, que abrazan y ensalzan. Pero no están dispuestos a cooperar lo más mínimo. El debate, bien, pero ni conclusiones ni propuestas dignas de mención, más allá de lo sabido. De momento, mero trámite con más retórica que sustancia, que sólo sirve a los convencidos.
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