Una mujer acusada de arrojar a un patio de luces de Alicante a su bebé recién nacido, que tras 40 horas abandonado fue rescatado con vida, ha afirmado este miércoles en el juicio sobre esta causa que desconocía estar embarazada y que "ojalá" supiera cómo llegó la criatura hasta allí. Los hechos ocurrieron en Alicante en junio de 2013 cuando, según la acusación, la mujer dio a luz en el domicilio y, tras cortar el cordón umbilical, metió al recién nacido en una bolsa de plástico y lo arrojó a un patio de luces por el que descienden las bajantes del edificio.

El bebé permaneció allí alrededor de 40 horas y fue rescatado con vida, todavía con el cordón umbilical y la placenta, por los bomberos, gracias al aviso de una vecina que confundió los llantos con los maullidos de un gato. En la primera sesión del juicio, la procesada ha relatado, a preguntas del fiscal, que ese día "sentía que se moría por dentro", pues se despertó con su otro hijo (primogénito) en la cama sangrando abundantemente, pero que llamó a la ambulancia y ésta no acudió.

Ha añadido que recuerda ir al baño y tirar "algo sin forma, con coágulos de sangre y algo de carne", pero que "allí no había nada que se pareciera a un niño, ni llantos". "Cuando lo vi, tengo la sensación de que tiré de la cadena", ha proseguido, ya en respuesta a las preguntas de su defensa. Ha asegurado que tuvo que ser trasladada luego al hospital -donde fue detenida- en moto por su compañera de piso, dado que seguía sangrando.

En otro momento de su declaración ha manifestado que estuvo "de diciembre a junio yendo a diversos médicos", si bien ha sostenido que "nadie" le dijo que "estuviera embarazada" y ha asegurado que la trataban de otras enfermedades. Ante la pregunta del fiscal de si no se dio cuenta de que tenía barriga, ha contestado que con su primer hijo no se percató de que estaba embarazada "hasta los cuatro o cinco meses".

"Llevo un año y medio peleándome con mi cerebro para recordar, pero no aparece", ha concluido en relación a si recuerda los hechos de que se le acusa. Una de las testigos, vecina del inmueble donde ocurrió el suceso y que estaba embarazada en aquella época, ha negado ser amiga de la procesada, aunque ha indicado que ésta le comentó en una ocasión que "tenía un embarazo psicológico". También ha expuesto que, poco tiempo después, la acusada le señaló que quería ahorrar para poder abortar.