Nietos que reviven juegos de abuelos

El colegio Nuestra Señora del Carmen es el único en la ciudad que ofrece deportes autóctonos como actividad extraescolar.
La rana atrae a los niños que, como se ve en la imagen, consiguen acertar en la boca de la figura. (Pablo Elías)
La rana atrae a los niños que, como se ve en la imagen, consiguen acertar en la boca de la figura. (Pablo Elías)
La rana atrae a los niños que, como se ve en la imagen, consiguen acertar en la boca de la figura. (Pablo Elías)
Son divertidos, no hay que correr y además mejoran la puntería. Así ven Laura Vázquez y Rubén Fernández la tanga, la calva, la rana, el bolo leonés y el ribereño, entre otros, unos juegos que han sobrevivido al paso del tiempo a duras penas y que ellos ahora recuperan y mantienen vivos.Son dos de los tres niños que han conseguido ganar alguno de los campeonatos provinciales y regionales de estos deportes que, a principio de curso, eligieron como actividad extraescolar junto a otros 24 niños. Todos estudian en el colegio Nuestra Señora del Carmen, el único en la ciudad que ofrece esta materia.

«Se trata de que los nietos recuperen los juegos de sus abuelos», reconoció su profesor, Fernando del Val. Para él, es muy importante mantener esta iniciativa, que comenzó hace siete años, cuatro de ellos como actividad extraescolar. «La practican niños que, a lo mejor, no son muy buenos en otros deportes más físicos pero que tienen una gran puntería y destreza. Ayuda a mejorar su autoestima y, además, recuperan tradiciones».

Reciclaje

Los materiales para practicar estos juegos, muy costosos y difíciles de encontrar, los facilita en su mayoría la federación regional de deportes autóctonos, aunque otros los realizan los alumnos reciclando deshechos. «La rana no puede hacerse, pero sí otros juegos», añadió Del Val.

Junto a estos deportes, el colegio también trabaja para recuperar el pañuelo, las chapas, las tabas, la peonza o el balón prisionero, actividades que hasta hace varias décadas eran las reinas de los recreos y que ahora apenas se juegan. «Los niños casi no los conocen y se están dando cuenta de que son muy entretenidos», finalizó.

Hablan los niños

Rubén Fernández. 11 años. Campeón provincial 2006.

El deporte que más le gusta es la rana, aunque el año pasado se decantaba por la tanga, un juego que a sus amigos les provoca risa. «Les parece raro», añade. La puntería es su fuerte, un elemento fundamental para esta actividad que, aunque no practica con sus padres, también le gusta a su hermano pequeño y que puede ver en campeonatos y en el parque de la Paz.

Laura Vázquez. 11 años. Campeona regional 2005.

Descubrió la rana en un viaje con sus padres y se enganchó. «Me llamó la atención», reconoce. Desde entonces ha aprendido a jugar a casi todo. El bolo leonés, el ribereño y la monterilla, entre otros, no tienen secretos para ella, pero no es lo único que la ocupa. Laura también juega al balonmano y toca el violonchelo. «El tiempo libre lo dejo para el domingo», afirma.

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