Más de 35 horas semanales de emisión y, en la mayoría de los casos, con índices de audiencia por encima del 10% o, incluso, en la pasada semana, del 15%. Este es el balance actual de  las tertulias políticas en televisión, un formato que, en los últimos años, ha duplicado su cuota de pantalla, su impacto social y su oferta (hace menos de dos semanas se incorporó uno más a la parrilla, Un tiempo nuevo de Telecinco)

"Antes hablar de política en televisión era un infierno, había que hacerlo de una forma muy atractiva para llegar al espectador; ahora la sociedad devora esa información", reflexiona  César González Antón, director de LaSexta Noticias y responsable directo de los debates LaSexta Noche y Al rojo vivo. ¿El detonante? Para González Antón, la situación de España: "En 2008 el espectador estaba preocupado por cambiar de coche o de casa; hoy lo está por lo que pasa alrededor porque eso le afecta".

Sin embargo, el espectador no solo quiere "información pura", sino "un mayor número de interpretaciones de esta", que es lo que le proporcionan las tertulias.

Los datos dan la razón al directivo de Atresmedia: cuando nació LaSexta Noche, el objetivo era llegar al 5% de audiencia; el pasado 25 de octubre el programa marcó su máximo histórico, un 16,6%.

También Jesús Cintora, conductor de Las mañanas de Cuatro, saborea un momento dulce. Desde su incorporación el año pasado al espacio de actualidad de Mediaset, que incluye una dinámica mesa política, el espacio no ha dejado de crecer en los ratings hasta registrar el pasado lunes su mejor dato (16,4%). "Las inquietudes de la gente de la calle han llegado a televisión y en nuestro programa se les da voz", opina Cintora, que enumera entre otros de los aciertos de su programa el hecho de reflejar esas inquietudes sin pelos en la lengua, aunque se incomode al poder: "No damos refresco de cola, somos atrevidos", resume.

El éxito del formato ha atraído a nuevos agentes a la parrilla. El último en llegar ha sido Un tiempo nuevo de Telecinco que, sin embargo, no ha logrado los grandes datos de sus competidores con sus dos primeros programas. "Estamos empezando", indica Sandra Barneda, presentadora de la tertulia que se emite los sábados por la noche, a la misma hora que el poderoso LaSexta Noche.

Barneda coincide con sus compañeros en que el éxito de esos programas es una consecuencia del cambio de mentalidad de los ciudadanos: "Antes muy pocos hablaban de política en una comida; ahora, el tema está presente en cualquier mesa. La gente quiere saber, tomar las riendas y exigir a los gobernantes que rindan cuentas", afirma.  Es decir, el ciudadano siente que esa política, que antes veía de forma distante, "le concierne".

No solo el público ha cambiado; también, el tono y el vocabulario en estos espacios. "De lo encorsetado se ha pasado a lo espontáneo", afirma Barneda. Aunque, ¡ojo!, eso no significa que el actual discurso sea simplón, según incide González Antón: "En el pasado había un discurso para las élites, para el lector sabio del periódico, y otro ramplón para el resto, más utilizado en la televisión. Ahora la gente quiere ver sabiduría y contundencia", opina el directivo de La Sexta.

"Me invitan a la tele, e invitan a los Podemos, porque vendemos", decía hace una semana Pablo Iglesias en el programa Salvados. El europarlamentario ha pasado por Las mañanas de Cuatro, Al rojo Vivo o LaSexta Noche dejando tras de sí, especialmente en los últimos meses, brillantes cuotas de pantalla.

"No se puede simplificar en su figura nuestros mejores datos", protesta González Antón (La Sexta), quien sí reconoce, en cambio, la importancia de contar con buenos tertulianos en un debate. Y que, entre ellos, hoy en día, Iglesias es "un filón".