Barcelona recupera un espacio hasta ahora reservado a los pescadores, y de paso protege una actividad que se siente amenazada en esta gran ciudad, rodeada de cruceros y yates de lujo y turistas por doquier. Con la reforma del muelle de Pescadors se urbanizará un paseo de acceso público, se creará una nueva lonja y se podrá ver su actividad desde una pasarela elevada. El Port prevé que todo el plan sea una realidad en otoño del 2017.

Este proyecto ya se planteó en 2007 pero hasta este lunes no se colocó la primera piedra de la que será la nueva fábrica de hielo. Ubicada a tan sólo unos metros de la actual, se calcula que en seis meses ya estará edificada, con lo que se procederá, entonces, a derruir la antigua.

En el espacio que libere, se ubicará la emblemática construcción de la nueva lonja. Concebida como un gran cubo rodeado de cristal, los paseantes podrán divisar su actividad desde una pasarela elevada. El edificio incluirá un restaurante de pescado.

El edificio de la lonja tardará entre 14 y 16 meses en estar construido, lo que sitúa las visitas y la apertura a los ciudadanos de cara al segundo semestre de 2016. Aunque se prevé adecuar una entrada provisional, todavía no se habrá transformado el muelle ni reestructurado el acceso desde el passeig Joan de Borbó.

Las obras de esta nueva zona de ocio durarán otros 8 meses y reconvertirán buena parte del muelle en un paseo central que tendrá como punto de interés la Torre del Reloj. Se trata de un antiguo faro, de 1772, que cayó en desuso y actualmente sólo marca la hora. Catalogado como bien de interés local, ya ha sido restaurado. A lado y lado, los visitantes podrán contemplar cómo los barcos de pesca parten o llegan de faenar.

Actualmente, 34 embarcaciones de pesca tienen como base el Port de Barcelona y unas 300 personas se dedican a esta actividad. "Queremos pescadores", afirmó, rotundo, el alcalde de Barcelona, Xavier Trias, este lunes, ante representantes de la Cofradía de Pescadores de la ciudad, que recordaron que no hace tanto temían por su medio de subsistencia.

Ante las críticas por la reconversión de la Barceloneta en una atracción turística y la creación de una "marina de lujo", Trias defendió su "apuesta por hacer ciudad, por hacer Port".

Uno de los principales escollos que ha tenido que superar el proyecto de remodelación del muelle de Pescadors ha sido concretar si era factible que los ciudadanos y turistas vean la actividad de la lonja sin interferir en ella ni transgredir las estrictas normativas sanitarias. Además de recubrir de paredes de cristal el edificio, finalmente, se ideó una pasarela que envolverá la lonja desde una cierta altura, cosa que debe permitir a los pescadores desarrollar su actividad con total normalidad.