Avistar aves con zonas de nidificación en Galicia y ejemplares únicos sería posible con la creación de rutas turísticas desde varios puntos de la costa gallega hasta los espacios naturales protegidos de la provincia de Ourense, de forma que los curiosos e investigadores podrían ver así desde aves marinas, hasta los únicos buitres blancos gallegos en los cañones del río Sil y en la serra de Enciña-Lastra.

El biólogo y consultor ambiental Damián Romay ha explicado a Europa Press que Galicia fue una de las primeras comunidades autónomas que impulsaron un turismo sostenible en torno a las aves. En el ayuntamiento lucense de O Vicedo, comenzaron las observaciones de aves marinas desde una plataforma en el año 1995 y a partir de ahí, surgieron y desaparecieron actividades similares en Cariño, Malpica, O Grove y Fisterra.

En O Grove diez veces al año, y de forma experimental en Fisterra, se pretende consolidar la iniciativa que también existe en Euskadi, Lanzarote o Cantabria. "La misma experiencia de observación puede organizarse en el interior de Galicia", añadió.

Romay es el autor de todos los contenidos de turismo ornitológico de Turgalicia y coautor del libro 'Cuándo ver aves en Galicia', de la editorial valenciana Tundra, y detalló un paquete "ideal" de turismo ornitológico gallego que incluiría una sesión de observación en el LIC Estaca de Bares, una excursión por el LIC Umia-O Grove, un recorrido por los cañones del Sil (Ribeira Sacra), luego por la serra Enciña-Lastra en Valdeorras y con final en la comarca de Verín.

El recorrido permitiría observar, además de las aves marinas, los únicos buitres blancos o alimoches gallegos en los cañones del Sil -Ribeira Sacra- y en el parque natural Serra de Enciña-Lastra. En el mismo parque se podría ver el único lugar de nidificación gallego de la curruca mirlona y otras especies mediterráneas como la collalba rubia "que este año cría por primera vez en tierras gallegas", entre otras.

Cebos con veneno

La Sociedad Española de Ornitología alerta del riesgo que supone la reaparición de cebos envenenados en Los espacios naturales de Asturias y las dos Castillas y últimamente en Galicia, concentrándose sus hallazgos en zonas de nidificación de aves, como la del águila real en el parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés, fronterizo con Portugal.

Romay explicó que tras la desaparación paulatina de venenos en cebo hasta los años 90, en la última década se registran episodios de envenenamiento a pesar de estar prohibido por la normativa europea, y gracias al acceso fácil a esas sustancias por la venta en internet. "Esos cebos son utilizados por escopeteros, no cazadores, para acabar con los zorros a los que acusan de acabar con la caza menor, pero las víctimas podrían llegar a ser aves como las águilas, en el caso de Galicia", detalló.

En ese sentido, Romay indicó que la mayor parte de los espacios naturales protegidos de Galicia cuentan "por fin" con un plan director, con necesidades y actuaciones en esos espacios. Añadió que la SEO puso en marcha en 1999 el programa 'Antídoto' con un teléfono de aviso "sobre la presencia de veneno". Tras cada aviso, agentes de la Guardia Civil recogen el cebo, "lo que permite saber cómo se reparte el veneno sobre el terreno y la evolución de su reaparición".

Parque natural,

No merendero

Para reducir el impacto humano sobre las especies protegidas en los espacios naturales, es también fundamental, según Romay, una gestión que permita "un turismo ordenado y consciente, de forma que un parque natural no sea nunca un merendero, y así se podrá desarrollar el turismo ornitológico, ya presentado a turoperadores en el Xurés".

En ese sentido, dijo rechazar el modelo "no sostenible" de gestión del parque nacional Illas Atlánticas, en el que "la presión turística es enorme y estacionalizada, con personas que no van a las islas a conocer las especies únicas de aves y flora, sino a pasar un día de playa en un parque nacional para poder contarlo, en muchos casos", se quejó.

Romay añadió que autorizar acampadas en el parque atlántico "supone un incremento tremendo del impacto a causa de los residuos" y frente a ese modelo, "otros sí dieron resultados positivos", como en el espacio intermareal Umia-O Grove, como Lugar de Interés Comunitario (LIC), además de Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA).

"Un parque natural es una figura de protección que no supone la máxima ni la única posible para un espacio natural, y de hecho un LIC bien gestionado tiene una protección tan o más eficaz que la de un parque natural, como muestra el de O Grove, donde se resolvieron varios problemas medioambientales, tras la declaración de LIC", concretó.

Lic con mala gestión

Este autor de los contenidos de turismo ornitológico de Turgalicia, aludió al LIC del río Támega, en la comarca de Verín (Ourense), integrado en la Confederación Hidrográfica del Duero, para criticar la "permisividad" del organismo de cuenca "ante actuaciones financiadas con fondos europeos para la conservación medioambiental, que en realidad son una agresión brutal a la naturaleza", y se refirió al paseo fluvial proyectado en la orilla del Támega, desde Verín.

La situación de ese LIC es "mala desde la cabecera del río, en las montañas de la Alberguería y Cerdedelo, donde el entorno natural está destrozado por los escombros de las obras del AVE". Para Romay, la situación de este LIC y el reparto de fondos para actuaciones en espacios naturales "dejan claro que la conservación de la naturaleza no es prioritaria para la Xunta de Galicia".

En ese sentido, detalló actuaciones como el encauzamiento de ríos como el Ulla en varios puntos o el Anllóns en Carballo, con fondos europeos como "claros ejemplos de actuaciones medioambientales contrarias a la gestión sostenible de recursos naturales", denunció. Instó a la Xunta de Galicia a estudiar los proyectos justo ahora que está abierto el plazo para que los ayuntamientos presenten sus ideas para acceder a fondos europeos destinados a la Red Natura 2000 para que "detecte en las solicitudes las propuestas claramente contrarias a los requisitos de la UE".